En el pasado, quedó la buena apariencia de las vías del sector Enelbar, uno de los más conocidos de El Manzano, hacia el sur de la ciudad. Basta dar un recorrido por la comunidad, para percatarse del descuidado asfalto y de los inconvenientes generados a los residentes.
Se trata de una realidad que afecta a buena parte de Barquisimeto, para la desdicha de los ciudadanos, en especial, para los habitantes de los sectores apartados. El pavimento exhibe huecos por doquier, afectando el recorrido de los carros particulares.
A propósito de los daños en la capa asfáltica, en el sector La Laguna, ubicado a poca distancia, la situación es igual de crítica. Bertha Castro, vecina, declaró que desde hace muchos años, han tratado de dar con el apoyo de la Alcaldía de Iribarren a fin de que ocurra una rehabilitación integral.
Sin embargo, el tiempo sigue su curso y, hasta los momentos, la presencia de cráteres y demás desperfectos sobre el asfalto, continúan perturbando los recorridos de transeúntes y automotores. “Las vías están destrozadas; las autoridades deben destinar presupuesto al arreglo de las calles, de lo contrario, no mejorará la comunidad”, sostuvo.
Atención Hidrolara
Aunado al mal estado de la vialidad, se suma un bote de aguas blancas que existe en la avenida principal de Enelbar. Desde hace tres días, cuentan los vecinos, se rompió la tubería y ahora está desperdiciado el vital líquido.
El servicio comenzó a fallar en la zona, cuestión que preocupa a los conurbanos debido a lo indispensable del mineral, al momento de preparar los alimentos, cumplir con el resto de quehaceres del hogar.
La humedad constante de la superficie, hace que aparezcan nuevas grietas y se formen huecos, empeorando la realidad en el vecindario. Darío Vásquez, habitante, expuso que han realizado varias notificaciones a Hidrolara pero ni siquiera mandan a inspeccionar el tubo dañado.
Entre las 6.00 de la mañana y las 4.00 de la tarde el suministro es insuficiente y-a duras penas- alcanza para tomar las duchas del día. Algunas de las familias, abastece la casa con la ayuda de cisternas. Entre 10 y 15 bolívares cuesta una “pipa” (recipiente) pero no es seguro que suministren agua dulce. Por lo pronto, utilizan esta alternativa mientras se normaliza la atención.
En este sentido, resulta conveniente que tanto la hidrológica regional como la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) realicen las reparaciones pertinentes.
Fotos: Jairo Nieto