Los siete movimientos sísmicos que el pasado fin de semana se sintieron en la zona norte del estado Lara, límites con Falcón, provocaron preocupación entre las familias del caserío Corobore, municipio Urdaneta, quienes aún esperan las obras prometidas hace tiempo, cuando la tierra se estremeció fuertemente varias veces. El poblado montañoso ubicado al norte de Siquisique, aún muestra los daños que durante aquel ciclo de movimientos telúricos dejaron en viviendas y escuelas.
De acuerdo a reportes de Funvisis, entre sábado y domingo se registraron siete temblores.
El sábado, la tierra se estremeció a las 8 y 27 de la noche, 9 y 7, 9 y 23 y 9 y 39.
La magnitud de cada uno fue de 3.2, 3.6. 3.4, 2.5 y 3.4.
El domingo tembló a las 12 y 12 de la madrugada y a las 7 y 45 de la mañana.
De todos esos movimientos el del sábado a las 21.15 fue el de mayor intensidad con magnitud de 3.6, porovocando la natural alarma entre los pobladores de la región. Los epicentros de todos fueron ubicados entre 30 y 42 kilómetros al sureste de Churuguara, sintiéndose en el norte del municipio Urdaneta, concretamente en Corobore, donde sus habitantes salieron de sus casas y algunos optaron por dormir en enramadas, al aire libre, como medida de precaución.
Afortunadamente no hubo daños que lamentar, de acuerdo a informaciones procedentes de Siquisique.
“Pero la gente está atenta a cualquiera de estos fenómenos por lo que les pasó la otra vez”, manifestó un habitante consultado.
Wilmer Coronel, dirigente comunal de la MUD, por su parte, informó que los habitantes de Corobore aún están esperando les cumplan todas las promesas que les hicieron en aquella oportunidad.
Dijo que varios de ellos le manifestaron que cuando ocurrieron aquellos temblores varias escuelas resultaron afectadas, así como algunas viviendas que perdieron parte de sus paredes, pero se cansaron de esperar les construyeran unas nuevas para mayor seguridad.
Igualmente, explicó, les prometieron el desarrollo de planes de viviendas para sustituir las de barro levantadas por ellos mismos, pero tampoco les han cumplido pues en Corobore la Misión Vivienda no ha construido una sola casa, a pesar de existir muchas familias necesitadas.
Se trata de casas muy débiles en cuanto a sus estructuras o materiales utilizados, en su mayoría barro tomado de la misma zona, de allí el temor de que, de continuar temblando, alguna de ellas se pueda venir abajo, de allí que, sobre todo las personas mayores, opten por dormir fuera de ellas.
Sin vialidad
Igualmente siguen esperando la construcción de una vía segura pues en la actualidad y desde hace años, la única de que disponen es una quebrada que cuando llueve fuerte en las cabeceras les dejan aislados, sin poder trasladarse a Siquisique o retornar a sus hogares si se encuentran en la capital municipal.
Los habitantes de Corobore y otros caseríos de la zona viven de la cría de ganado caprino y ovino, del sisal y de algún tipo de agricultura, pero hasta ashora no han recibido el suficiente apoyo por parte de los organismos establecidos para fomentar el desarrollo de la agricultura y la cría en los sectores campesinos.
Foto: Archivo
