A las autoridades se les ha escapado la violencia de las manos. La tasa de homicidios con el pasar de los días va aumentando en la entidad y la mayoría de las víctimas son jóvenes.
Desde la medianoche del lunes hasta las 9 de la mañana de ayer, se cometieron cinco crímenes. Así mismo en el fin de semana se contabilizaron 11 homicidios en Lara, ocho en Iribarren, uno en el municipio Jiménez, otro en Crespo, y la última víctima fue Hernán Pérez Gómez (46) a quien supuestamente le dispararon con una escopeta en el cuello y fue conseguido sin vida en el caserío La Laja del municipio Torres.
Al norte
A la medianoche de ayer en la calle principal de Brisas del Norte III unos sujetos llegaron a una vivienda y con escopeta en la mano le dieron un disparo en el pecho a Domingo Enrique Ramírez López. El joven de 20 años perdió la vida de forma inmediata.
En Quíbor
Cuatro disparos se escucharon en la calle 2 con avenida 13 del caserío Arenales del municipio Jiménez. Ese sonido anunciaba una tragedia. A las 12:45 de la madrugada fue asesinado Javier Darío Pineda Torres, de 38 años de edad, a quien todos llamaban por cariño “Chimeneao”, pues le gustaba mucho esa bebida.
El cuerpo de Pineda Torres quedó tendido de medio lado en una acera, cerca estaba una concha calibre 9 milímetros y en la esquina fue encontrada otra.
La víctima era el tercero de seis hermanos. Con su muerte quedan huérfanos un varón de 15 años y una hembra de 9 años. Mireya Pineda cuenta que son naturales de la población de San Miguel, pero hace cuatro años su hermano se vino hasta Arenales en donde se ganaba la vida limpiando solares y recogiendo cebollas, cuando co-mienza la época.
La mujer con su rostro lleno de lágrimas comenta que su hermano no estaba tomando, no entiende qué pudo haber pasado porque era una persona que no tenía problemas con nadie.
Un desconocido
A las 6 de la mañana de ayer un señor que salió de la comunidad Valles del Sol, ubicada en el kilómetro 11 de la vía Bobare, se encontró con el cuerpo de un hombre que estaba boca abajo. Al acercarse notó que tenía su cabeza ensangrentada y heridas abiertas, así como un charco de sangre. Notificó a las autoridades el hallazgo.
El joven estaba bien vestido, tenía puesto un blue jeans, un suéter manga larga verde con blanco, sus zapatos y correa marrón. A un lado de su mano izquierda estaba tirado un anillo de plata, se notaba que cargaba su cartera y el celular sonó en varias ocasiones.
A un metro de su cuerpo del lado derecho estaba una piedra toda ensangrentada y del lado izquierdo a 60 centímetros de su cabeza estaba un pico de botella de cerveza. Se presume que ambas fueron utilizadas para quitarle la vida y las mismas fueron colectadas por el Cicpc.
Aproximadamente a 80 metros del otro lado de la vía se consiguió un morral gris llenó de ropa. Estaba sucio. También se cree que es de la víctima.
Como Yonhalber Alexander Mujica Gallardo (23), fue identificado el fallecido. Entre sus pertenencias se encontraba un carnet de circulación de motorizado, por lo que se presume que la víctima se trasladaba en una motocicleta y luego de ser atacado fue despojada de la misma.
Habitantes de la zona indicaron que era extraño, porque no habían escuchado nada en horas de la madrugada, ni siquiera los perros ladraron. Pero autoridades estiman que el crimen se cometió a las 4 de la madrugada. Aparentemente Mujica Gallardo tenía como su domicilio la urbanización La Carucieña.
Le robaron el arma
A las 6 de la mañana a la vereda 12, específicamente a la calle 7A de la urbanización Bararida vieja, llegaron dos sujetos, al menos uno armado e interceptaron a Edgmar Youseph Puerta Rondón, quien en el momento iba saliendo para el gimnasio.
Los delincuentes le ordenaron que abriera la puerta de su residencia, pero el hombre de 28 años de edad, se negó. Dentro de la residencia se encontraba su madre, su esposa y su pequeño hijo de 4 años, y, precisamente, pensando en su protección no obedeció a los hampones.
Los maleantes, quienes estaban dentro del porche de la residencia, no tuvieron corazón y le dispararon en el pecho y en la cabeza a Puerta Rondón. Así mismo lo despojaron de una pistola calibre 9 milímetros y de las llaves de un vehículo, el cual no se llevaron.
El hombre mal herido se desplomó y fue su esposa quien salió a pedir ayuda. Un vecino lo trasladó hasta el Hospital Central, de donde lo sacaron a una clínica cercana para hacerle una tomografía, por la cual gastaron mil bolívares fuertes. Puerta Rondón iba a ser preparado para la operación, pero a las 8 de la mañana no aguantó y murió, así lo contó su padre Edgar Puerta.
El joven desde hace cuatro años se desempeñaba como escolta de empresarios y comerciante, desde el mes de enero le prestaba servicio a la esposa de Youssef Janji Nassour (44), árabe que era dueño de Util Sam y quien murió el 16 de diciembre del 2011, cuando una comisión del Cicpc fue a rescatarlo porque se encontraba secuestrado.
“Era el tercero de mis siete hijos, un excelente padre y una persona muy protectora y precisamente por ello es que murió. Espero que se haga justicia porque la inseguridad nos está acabando”, comentó Puerta.
Es la primera vez que la familia atraviesa por una situación como esta.
Lo sacaron de su casa
A las 8:30 de la mañana, en la parte alta de la calle 19 de Abril del barrio Rafael Linárez, se detuvo una camioneta ranchera anaranjada, de la que se bajaron tres jóvenes, dos de ellos estaban armados.
A punta de patadas abrieron la puerta de una casa de bloques verde. Fueron hasta el cuarto en donde estaba un adolescente de 17 años y lo tomaron por el pelo y lo sacaron hasta la parte de afuera. Dentro de la vivienda estaban los abuelos del joven y una primita de 9 años.
Los maleantes sin compasión alguna lo pararon en la acera y comenzaron a dispararle, dicen los testigos que ellos comentaron entre sí que ese joven era el que los había robado. Una vez que cometieron el crimen se fueron corriendo y se presume que fueron recogidos por el mismo vehículo.
Elizabeth Suárez comentó que ella estaba acostada cuando escuchó ocho detonaciones y de pronto el grito de sus familiares que decían llorando el nombre de su primo. Esto la hizo salir corriendo y confirmó lo peor.
Suárez informa que el joven era el segundo de siete hermanos y había dejado de estudiar porque trabajaba con su padrastro echando pisos. Manifiesta que fue una confusión, pues su primo era un muchacho sano.
Fotos: Dedwison Álvarez
