Iker Casillas en su visita relámpago a Venezuela, no solo paró las preguntas de los periodistas expertos en fútbol, sino que tuvo que detener otras faranduleras, en rueda de prensa efectuada ayer en Caracas.
Con una quisieron inquirirle sobre si, en el caso de que alguna vez llevaran su vida al cine, a qué actor le gustaría ver interpretándola. Sonrió y respondió: «Primera vez que me lo preguntan. Si se diera una vez, me gustaría que Antonio Banderas o Javier Bardem me interpretaran (risas). Son grandes actores».
Cuando le preguntaron sobre cuándo será su boda con la periodista española Sara Carbonero, se enserió.
«De mi vida privada no soy dado a hablar. No me gusta hablar de los demás, menos hablar de mi vida».
A propósito de la clínica para 250 niños y jóvenes que ofreció en la tarde en el Universitario de Caracas, también sabe la responsabilidad de ser una estrella para los pequeños.
«Ser un ídolo para los chavales es una gran responsabilidad. Somos un espejo y cada gesto que tengamos en el terreno o fuera del mismo, será observado enseguida por los niños, que a esa edad todo lo absorben. Tienes que ser cuidadoso».
Casillas no dudó en reflexionar que para cualquier actividad en la vida hay que usar la cabeza: «La cabeza es la que manda y guía en esta carrera profesional. Puedes tener las condiciones y estar libre de lesiones, pero al final la cabeza es la que te puede hacer llegar lejos».