El ojo del escorpión
Un impetuoso joven desafía al viejo caudillo. Aquel que es responsable de haber destruido a la nación hasta convertirla en un escenario en donde campean el despilfarro, la inmoralidad y la corrupción. Asumiendo su papel como la esperanza del pueblo venezolano Henrique Capriles, comienza a transformarse en un factor aglutinante que enfrenta en el terreno democrático, al representante de la mayor estafa que ha conocido la patria contemporánea: Hugo Chávez.
En las expresiones del primer mandatario nacional se nota el nerviosismo que nace de las entrañas. Sus discurso farragoso yo no entusiasma a sus masas tarifadas, esas que se arrastran detrás de algún beneficio momentáneo que es un insulto a la dignidad de la persona humana. Este régimen cree que los pobres se controlan lanzándoles migajas, son débiles actores de una sociedad frágil que los fomentó debido al hambre que generan las políticas de este gobierno irresponsable. Con ello, obligan al más golpeado a tener que actuar como una persona sin principios. Por esos vemos esas cuñas de televisión en donde un hombre de extracción humilde, se explaya en elogios queriendo vender la idea de un Hugo Chávez redentor. Esa vivienda no salió del bolsillo del sátrapa ni es ejemplo para mostrárselo a los hijos como si se tratase de un profeta bíblico, él es el culpable de que todavía seamos un país lleno de terribles desigualdades sociales.
Henrique Capriles es el salto a la modernidad. Tiene el pensamiento fresco y la capacidad para abrirle las puertas al futuro promisor. En sus manos tendremos un país de oportunidades. Este mensaje a calado profundo en el alma nacional. Sus actividades son verdaderos sucesos en donde miles y miles de venezolanos se adhieren de manera voluntaria, aquí no existen bolsas de comidas ni chantajes para llevar gente a los actos. Es el despertar venezolano que se transforma en huracán y que arrasará democráticamente con este régimen saqueador.
El miedo alborota al gobierno revolucionario. Son catorce años viviendo con las mismas fábulas miraflorinas, la mentira servida en bandejas de ilusión. Se vuelven a prometer las mismas cosas que no han resuelto con los precios del petróleo más altos de la historia, dilapidaron incalculables fortunas para vendernos un paraíso socialista en donde han muerto ciento ochenta mil venezolanos, en donde hay veinte millones de pobres. Sin dejar de lado que tenemos una de las inflaciones más altas del mundo. Este gobierno tiene el record universal de ser el más corrupto del hemisferio occidental, una verdadera calamidad para las sociedades modernas que tienen que observar como las teorías primitivas han arruinado al gran país de Simón Bolívar.
Estamos en la recta final. Nos debatimos entre la vieja encorvada que resuella comunismo, y la esplendorosa libertad que agita su banderas en señal de progreso y bienestar para todos. Henrique Capriles es la libertad y el progreso. Su mensaje nos convoca a todos al encuentro del futuro. Hugo Chávez es la antigua receta del comunismo, que vive en el oscuro sótano de la bruja de dientes afilados y ojos de mentira. Su régimen perverso es la demostración del mayor saqueo de nuestra historia.
Venezuela quiere progreso y paz, no queremos vivir atrapados en las mentiras de un socialismo que nos ata al atraso infinito.
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