De acuerdo con los estudiosos de los procesos electorales, ya el primer pico de la campaña ha tenido lugar con la inscripción de los candidatos en junio. Ahora viene una curva, la intensidad de la campaña desciende poco a poco y luego se dirige a otro pico, hacia el mes de septiembre. Entre los picos, está la etapa del chinchorro: julio, agosto.
Los personajes de la trama han sido presentados. Sus proyectos dados a conocer. Se sabe de sus trayectorias, vínculos y respaldos. El primer punto de giro de esta historia ha sido la inscripción: Chávez está en condiciones de salud para ser candidato; Capriles Radonski no fue sustituido y logró movilizar a la oposición de calle tras de sí. El panorama se aclara. Ambos tienen respaldo y serán los protagonistas de este nuevo episodio de nuestra política.
En las semanas del chinchorro, se remachará sobre los mensajes e imágenes ya dispuestos sobre el tablero en el primer pico. Del lado de Chávez se subrayarán los logros sociales y se insistirá en el proyecto de independencia nacional, igualdad social y protagonismo popular. Del lado de Capriles se acentuará la crítica a las fallas de gestión del Gobierno en áreas como la delincuencia, burocratismo, escasez, etc., y se insistirá en la promesa de cambio sin ruptura con las políticas sociales del gobierno de Chávez.
Ya que en todo cuento o relato siempre hay un segundo punto de giro, es de esperarse que, bien de manera planificada o por una eventualidad, ello ocurra en este proceso electoral. No es fácil prever cuál será, pero entre los temas que pujan por entrar en la historia está el del Consejo Nacional Electoral y el reconocimiento de los resultados electorales. De hecho, ya es una subtrama activada por hilos invisibles.
Desde la Mesa de la Unidad se han realizado algunas observaciones serias y sustentadas a la organización del proceso electoral. Sin embargo, esas objeciones no tienen la envergadura como para que se conviertan en parte de la trama principal, como aspiran los sectores más radicales de la oposición, que consideran que éste debe ser el punto de giro que marque el mes de septiembre, en la perspectiva de abrir un nuevo capítulo, el de una “primavera venezolana”, independientemente de cuáles resultados arrojen los escrutinios del 7 de octubre.
Hay quienes en la oposición buscan mejorar y perfeccionar el sistema electoral y darle mayor transparencia. Para ello señalan puntos concretos en los que hay deficiencias. La obligación del CNE es darles respuestas a las inquietudes y solucionar los problemas que se presentan. Pero hay otros sectores que consideran que el 7 de octubre debe ser definitorio, más allá de los resultados. Desde ya se prepara el terreno para justificar una denuncia de fraude. Y en función de ello que están actuando ONG como Esdata, un sector de Súmate, Elecciones Limpias y algunos medios de comunicación. Pero la decisión política definitiva estará en manos de la MUD, el Comando Venezuela y el propio candidato Capriles Radonski. ¿Será el CNE el segundo punto de giro del proceso electoral?
