Una de las riquezas de Lara es el Valle del Turbio. No sólo por su inmensa capacidad agrícola y paisajística, sino por la bondad de sus espacios que invitan a la tranquilidad y el descanso.
Quien conduce por la avenida Ribereña queda extasiado por su belleza y majestuosidad. Sin embargo, en los últimos años este icono de producción agrícola ha decaído gravemente, dejando un sabor amargo entre quienes algunas vez se sintieron orgullosos del dulce de su caña de azúcar.
Para revertir esta realidad, y con motivo del cierre de la cátedra de Ciudad y Desarrollo Humano, los estudiantes del octavo semestre de Desarrollo Humano de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), diseñaron el proyecto Parque Metropolitano para el Valle del Turbio.
Contentos por los logros obtenidos, los jóvenes universitarios contaron las proyecciones de crecimiento turístico, ambiental y recreacional de nuestro valle, así como las opciones de expansión que podría tener la ciudad de concretarse esta iniciativa. “El proyecto tiene una perspectiva social que busca aprovechar un espacio natural para el bien del colectivo, respetando los lineamientos legales de la zona de aprovechamiento agrícola”, expresó Miguel Riera.
En detalle, el Parque Metropolitano del Valle del Turbio tendría tres ejes fundamentales por los cuales se conducirá; El Valle es verde, Diviértete en el Valle y Todos somos Valle. “Tenemos la posibilidad de promover una cultura ambiental que proteja los recursos naturales que tenemos. Con tanta riqueza, pensamos que este sería el espacio ideal para un jardín botánico, caminerías y áreas de recreación”, refirió el estudiante Carlos Vergara.
El Parque Metropolitano sería el equilibrio perfecto entre lo urbano y lo ambiental, al mejor estilo de las grandes ciudades del mundo, las cuales cuentan con un espacio de entretenimiento sano y gratuito.
Diversión a toda prueba
Cuando de recreación se trata, son pocas las opciones que tienen los larenses para disfrutar de un día al aire libre, con seguridad y a bajo costo.
“Este parque podría ser ese espacio que tanto necesita la ciudad. Una de las bondades del Turbio es su ubicación, y la diversidad de las actividades agrícolas que allí se generan, pues podría mostrar al mundo todo lo bueno que allí se produce”.
El docente de la cátedra Ciudad y Desarrollo Humano, Gerardo Puleo, destacó que sí es posible desarrollar esta propuesta, e instó a las instituciones u organizaciones gubernamentales interesadas a reunirse con los creadores del proyecto para convertir en realidad un bonito sueño. “La intención es que estas buenas ideas salgan del recinto educativo y comiencen a dar aportes al colectivo”.
Proteger al Valle del Turbio implica mucho más que evitar el urbanismo excesivo en zonas no permitidas. Implica un esfuerzo compartido para aprovechar sus bondades ambientales, en función del bienestar social.
Foto: Dedwison Álvarez