Un problema recurrente para los habitantes del sector El Pedregal, al este de la ciudad, son las cloacas o aguas negras, las cuales se han desbordado en repetidas ocasiones con diferentes consecuencias.
La Terepaima (vía a la cual se accede desde la Lara, después de pasar la avenida Los Leones en dirección este-oeste), atraviesa todo este sector y conecta las diferentes urbanizaciones con el distribuidor Jirahara, que da acceso a la avenida Ribereña.
A un kilómetro del cruce en la avenida Lara, se encuentra una alcantarilla, donde la topografía hace coincidir el punto más bajo en ambas direcciones de la vía.
El desnivel, que presuntamente fue hecho para que los flujos de las calle desembocaran en ese colector de agua, hoy, es el lugar donde un bote de aguas negras está acabando con la tranquilidad de la comunidad y con el estado del asfalto de la zona.
“La situación es insoportable; el agua negra acabó con la mitad de la calle”, dijo María Auxiliadora Barazarte, quien vive en la calle Leones Sur, perpendicular al problema del bote de agua.
El problema se agrava toda vez que quienes conducen por la avenida en dirección sur-norte deben invadir el carril contrario y evitar el hueco que afecta a los vehículos que pasan por la zona.
“Muchos carros no atraviesan los huecos llenos de agua porque no saben cuál es la profundidad que tienen”, comentó Barazarte.
Quien pertenece al consejo comunal de la zona como vocera de comunicación dice que los reclamos se han hecho a la hidrológica del estado Lara sin que todavía se logre observar respuesta al problema del bote de agua.
Foto: Daniel Arrieta