Los residentes de los caseríos Agua Linda y Agua Negra, municipio Peña, temen quedar completamente incomunicados en cualquier momento debido al pésimo estado en el cual se encuentra su única vía de comunicación con Yaritagua.
“Eso está muy malo y ni la alcaldía ni la gobernación se preocupan por hacerle algo a esa carretera que es utilizada diariamente por miles de personas”, dijo Pedro Fernández, luchador social yaracuyano.
Explicó que, sobre todo cuando llueve, prácticamente no se puede pasar en cualquier vehículo por el riesgo de quedarse atascado en alguna de las lagunas que allí se forman.
“Y cuando se están secando lo que queda es un barrial por el que tampoco se puede pasar”, agregó.
Lo mismo piensa Yaritza Meza, vecina de Agua Linda, quien reside en la calle principal del poblado, carretera por la cual pasan muchos camiones cargados procedentes de la zona suroeste de Yaracuy o del municipio Palavecino, en Lara.
De acuerdo a otros vecinos, desde hace unos veinte años no le hacen una reparación a esa arteria vial, a pesar de su importancia y de la gran cantidad de unidades que a diario pasan por ella.
“Además del problema que representa para los choferes de los carros o de los camiones, está el que tenemos nosotros porque esos charcos son criaderos de zancudos que no dejan dormir a nadie con tranquilidad”, manifestó Francisca Torres, otra habitante del caserío.
“Pareciera como si Agua Linda no existiera para la gente de allá del gobierno, de la alcaldía, de la gobernación… porque nadie nos visita para saber cómo estamos. Debe ser que no quieren que se le ensucien los cauchos de sus carros”, djjo por su parte Luis Aristiguieta.
Al mal estado de la vialidad se agrega otro problema para esas familias como es la laguna de oxidación que fue abandonada hace años y ahora las aguas servidas procedentes de Palavecino se quedan empozadas en el lugar, representando un gigantesco foco de contaminación.
Aristiguieta hizo un llamado al Ministerio del Ambiente para que envíe unos funcionarios al pueblo y se percate de la situación de insalubridad que confrontan las familias por culpa de esa inactiva laguna de oxidación.
“Pero que vengan en horas del mediodía, cuando los malos olores están más fuertes al punto de que uno no puede ni respirar y tenemos que andar con las narices tapadas todo el tiempo, como los enmascarados”, puntualizó.
Foto: Luis Salazar