“Estamos quebrados. Todos los productores quedamos en la ruina. No encontramos dónde vender la piña y mucha se ha podrido y no sabemos si recibiremos alguna ayuda del gobierno”.
De esa forma, angustiado, Reinaldo Arrieche, uno de los productores de piña, expuso la situación que él y sus colegas de la zona de El Caimito, parroquia Águedo Felipe Alvarado, municipio Iribarren, están confrontando.
La producción de la deliciosa fruta fue buena, pero cuando comenzaron a recogerla se encontraron con el problema de no tener dónde colocarla.
Explicó que últimamente la colocaban en las plantas procesadoras de Cabudare y Yaracuy, pero en la primera dejaron de recibirles, supuestamente por mucha existencia en depósito y en la segunda por problemas técnicos.
-¿Y la procesadora que están instalando en Bobare?
-En eso llevan varios años y todavía no sabemos cuándo funcionará para que podamos arrimar la piña que recogemos.
En la misma situación de los de El Camito están los piñicultores de Páramo Negro, Usera, El Cañaote y de toda la parroquia e incluso los del municipio Urdaneta.
Santiago Ramos, de El Cañaote, dijo que el año pasado la vendieron a 8 y hasta 10 bolívares por unidad y este año apenas lo hacen a 3.500 la grande y 500 la pequeña, lo cual no alcanza ni para los gastos.
Según los cálculos de Ramos y Arrieche, de la cosecha que está concluyendo se han perdido más de 50 toneladas por falta de mercado e incluso citó casos de transportistas que no pudieron vender sus cargas en Valencia o Caracas y no les quedó más remedio que botarlas, perdiendo la inversión.
Algunos han recurrido a las ventas al detal para recuperar parte de la inversión, lo cual consideran difícil.
Actualmente en Bobare, en plena vía pública, se pueden observar a campesinos ofreciendo los sacos de piña a precios muy bajos, mientras algunos intermediarios se arriesgan a comprar considerables cantidades de la fruta con la esperanza de colocarlas en Caracas o si es necesario en el oriente del país.
“Ahora, arruinados, nos toca limpiar la piña con miras a la próxima cosecha, aunque no tenemos créditos para esa labor pues hasta ahora ningún organismo ha enviado representantes a enterarse de lo que nos ha ocurrido para ayudarnos”, dijo Reinaldo Arrieche.
La procesadora
Con respecto a la Fábrica de Transformación de Cereales, Oleaginosas y Vegetales (frutas, tubérculos), que se construye en las afueras de Bobare desde hace unos seis años, por primera vez los productores agrícolas tienen esperanzas de que la terminarán.
La obra, a cargo del Ministerio para la Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, marcha a pasos acelerados e incluso está en proceso de conclusión la vialidad, así como los pozos que garantizarán el suministro de agua, y de acuerdo a uno de los técnicos que allí trabajan, se encuentran en la etapa final, aunque se desconoce la fecha de la puesta en servicio para que los productores de la zona tengan dónde depositar sus cosechas sin tener que depender de lejanas procesadoras de frutas.
“Eso es lo que estamos esperando, que terminen esa planta y así poder vender mejor nuestra piña a mejores precios y con menores gastos por concepto de transporte, que actualmente representa una merma en las ganancias por el trabajos que realizamos diariamente bajo el sol”, dijo Reinaldo Arrieche.
Fotos: Luis Salazar
