Aunque el trabajo físico exigente no perjudica el desarrollo del bebé, las mujeres que tienen jornadas laborales más largas tienen niños con menor tamaño que la media, según indica un estudio publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine.
Los autores, de la Universidad Erasmus de Rotterdam (Países Bajos), realizaron unas serie de encuestas a más de 4.500 madres en las que se les solicitaban datos sobre las exigencias físicas de sus empleos: turnos de noche, número de horas de pie, cargas de peso y duración de la jornada de trabajo. Además, los científicos evaluaron el crecimiento fetal mediante técnicas de ultrasonidos a lo largo del embarazo de las entrevistadas.
Los resultados indicaron que los hijos de las mujeres expuestas a largos periodos de pie durante la jornada laboral tenían cabezas un centímetro más pequeñas, algo que supone un 3 por ciento menos que la media. Además, tanto las mujeres con jornadas laborales de 25 a 39 horas semanales como aquellas que realizaban más de 40 horas tenían hijos con menores tasas de crecimiento durante el embarazo, y como resultado, en el momento del nacimiento los bebés pesaban una media de entre 148 y 198 gramos y medían un centímetro menos que los niños de las mujeres con jornadas inferiores a 25 horas. Sin embargo, los científicos no encontraron relación entre los trabajos físicamente exigentes con ninguna de las variables de crecimiento medidas en los bebés.
Foto: Archivo