Desde la sexy pasando por manipulador hasta el perfeccionista son algunos de los trabajadores con los que puedes convivir en tu oficina.
Te has preguntado: ¿cómo te ve la empresa en donde trabajas? ¿Qué tipo de empleado eres? Probablemente estas dos respuestas tengan mucho que ver con el posible ascenso que puedas tener dentro de la compañía para la que laboras.
Para las empresas tener empleados capaces y comprometidos es un plus para que puedan conseguir logros e ir escalando peldaños; sin embargo, quienes gustan de estar la mayor parte del tiempo relajados, tienden a quedarse en el mismo puesto en el que iniciaron o en el peor de los casos, son los primeros en ser despedidos cuando se presenta un recorte de personal.
De acuerdo con el sitio Monster.com.mx, existen 10 tipos de empleados que comúnmente se encuentran en las oficinas de cualquier empresa.
El Manipulador. Es el empleado que cree que todo gira alrededor de él. Pero no mantiene un buen nivel de proactividad y no termina de desarrollar relaciones de confianza con sus compañeros y mucho menos con sus jefes. No es aconsejable compartir información importante con este tipo de empleados.
El Desafiante. Lo que caracteriza a este empleado es su gran potencial, aunque no lo recomiendan para proyectos a largo plazo, ya que se vuelve demasiado independiente y trabajar en equipo no le es fácil. Para él, las tareas difíciles de hacer son un desafío que quiere conquistar a cualquier precio y así poder llevarse las palmas y elogios. Es recomendable dejarlo como líder de equipo para que no pierda el objetivo.
El Perfeccionista. Nunca pierde el tiempo, busca que todo funcione a su ritmo, es el que está siempre pendiente hasta del último detalle de cada cosa, porque teme perder la atención, el control y el poder. Este intento por tratar de estar en todo los hace solitarios, malos lideres de equipo y que dejen de enfocarse en las metas principales de la empresa.
El Irresponsable: Se comporta como niño y para que trabaje bien, lo que se debe hacer es descubrir qué lo motiva. Una vez que hayan encontrado el incentivo hay que controlarlo para evitar que cause problemas.
El Psicoanalizado: Se distingue por estresarse ante cualquier problema y rechaza los cambios. Lo ideal es no darles tareas críticas, al contrario, se recomienda que se le asignen tareas comunes, rutinarias y tranquilas.
La Lolita: Como su nombre lo indica, son las mujeres que se caracterizan por vestirse con ropa sexy para llamar la atención, además tienden a ser muy seductoras y coquetas, siendo así la forma en la que consiguen sus puestos, ascensos y aumentos de sueldo. La manera de tratarlas (aunque puede ser difícil) es explicarles de qué manera debe de vestirse y comportarse con sus superiores y compañeros de trabajo.
El Pragmático: Estos son los empleados que tienen mucha iniciativa pero que no se dan cuenta que, algunas de sus acciones, son dolorosas para el resto de sus compañeros, ya sea por la manera de comunicarse o por actividades que pueden involucrar a los demás.
El Tardío Crónico: Este empleado no se da cuenta de que la puntualidad es básica, pero sobre todo que es una regla en la oficina; inventará mil y una excusas cada vez más irreales. Hay que advertirle sobre la importancia de las llegadas tarde. Para tratar de controlarlos, además de descontarles de su sueldo, pueden irle quitando cada vez más responsabilidades.
El Agresivo: Se debe de tener cuidado con estas personas, ya que su conducta puede deberse a alguna adicción. No le siga la corriente en historias que parecen irreales. Lo ideal para tratar con este tipo de empleados es que encuentren a un compañero de trabajo a quien le tenga confianza para que hable con sus familiares y lo apoyen a conseguir ayuda.
El Ladrón: Es el empleado que cree que todo tipo de material con el que trabaja es parte de su salario. Si consideras que esta es la razón de su comportamiento, es recomendable sentarse a negociar, si continua robando despídalo, hay personas que no entienden que lo que están haciendo es un delito.