Enrique Peña Nieto, del ex hegemónico PRI y ganador de la elección presidencial mexicana, defendió este martes su triunfo y acusó a la izquierda, que reúne pruebas para impugnar la elección por presunta compra de votos, de «engañar» y de hacer un «montaje».
La acusación del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) habría comprado cinco millones de votos, «es mentira, una afirmación sin sustento, sin prueba alguna, un infundio absoluto», dijo Peña Nieto en un encuentro con periodistas mexicanos.
«De lo que estoy cierto y convencido es que esa práctica de supuesta compra de votos, a través de tarjetas, no tiene cabida, no es más que un instrumento de montaje y descalificación a este proceso electoral, que no ha podido probarse porque simplemente no hay prueba alguna», se defendió Peña Nieto.
El resultado oficial de la elección presidencial, difundido el domingo, le dio la victoria a Peña Nieto con 38% de los votos, frente a 31% para López Obrador, y 25% para Josefina Vázquez, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN).
Las acusaciones de la izquierda «han venido a engañar o a generar confusión y duda en varios, entre ellos hasta en el presidente de la República», añadió Peña Nieto, cuyo partido gobernó de 1929 a 2000, cuando fue derrotado por el PAN.
El lunes, el presidente, Felipe Calderón, dijo que la compra de votos es «inaceptable», un «vicio de nuestra calidad democrática que tiene que corregirse de inmediato» y que debe ser castigado. Tanto la izquierda como el PAN han acusado al PRI de comprar votos mediante la entrega de tarjetas para ser utilizadas en supermercados.
El político lanzó un llamado a «deponer cualquier actitud que polarice los ánimos de la sociedad» porque nadie «tiene derecho a lastimar la unidad de los mexicanos».
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