Un nuevo hogar queda destruido por culpa de la violencia que impera en la entidad larense. La víctima es un comerciante colombiano quien quiso mejorar su vida y hace 20 años se vino a Venezuela, porque la guerrilla había acabado con la vida de uno de sus hermanos y quiso escapar de todo aquello. Nunca pensó que en el país que tomó como su nueva tierra y donde formó su familia, perdería la vida al resistirse al robo.
Viajaría para vender
Hernando García Corzo, natural de Santander en Colombia, se vino desde su país y forjó una familia. Residía en el sector 3 del barrio Las Tinajitas, al oeste de la ciudad. Era sostén de hogar y padre de una jovencita de 15 años, además de tres varones de 13, 7 y 4 añitos.
El hombre de 43 años trabajaba como comerciante, vendía cestas y enseres para el hogar. Lo hacía de casa en casa y dejaba los productos a consignación; posteriormente regresaba para cobrar. El día de ayer se despidió de su esposa y se dirigía hasta la ciudad de San Carlos, estado Cojedes.
A las 5 de la mañana García Corzo emprendió su viaje. Iba acompañado de su primo Esteban García Delgado (37). Los hombres se desplazaban en una camioneta Ford 150 azul con blanco, por toda la avenida Ribereña.
A mitad de la vía comenzaron a ser perseguidos por unos sujetos que iban en un Ford Fiesta azul, quienes con armas en manos les indicaron que se detuvieran.
García aceleró la marcha y los hombres armados dispararon en al menos cuatro ocasiones en contra de los ocupantes de la camioneta. El comerciante colombiano recibió un tiro en la región temporal; su acompañante uno en la oreja del lado derecho.
Debido a la herida producida por el paso del proyectil, el comerciante cuando iba por la calle 12 con avenida Ribereña, perdió el control de la camioneta, saltó la isla, quedando en el canal contrario y chocó contra los muros de contención.
García, aún con vida, se salió de la camioneta y se desplomó a un lado de ella. Los criminales, quienes tenían las intenciones de robarse la camioneta con toda la mercancía, al ver lo que había pasado escaparon. Su primo, quien también resultó herido, fue auxiliado. Aparentemente no pudo observar cuántas personas se trasladaban en el Fiesta azul, porque todo fue muy rápido.
Funcionarios del Grupo de Trabajo Contra Homicidios del Cicpc Barquisimeto, acudieron al lugar de los hechos e hicieron el respectivo levantamiento del cadáver y comenzaron con las averiguaciones del caso.
Falta seguridad
“No es posible que la delincuencia le esté arrebatando la vida a personas trabajadoras; nosotros necesitamos seguridad”, eran las palabras de Henry Goyeneche, amigo y paisano del comerciante colombiano.
El hombre también explicó que eran personas que se la pasaban trabajando por el país, pero la delincuencia está acabando con todo. “Clamamos seguridad; es lo que pedimos y estos llamados deberían de llegar a oídos del presidente”, exclamó Goyeneche.
Se conoció que la víctima fatal en reiteradas oportunidades había sido víctima del hampa. La última vez hace dos años cuando cerca de su residencia le quitaron la camioneta, por la cual pagó el rescate para poder recuperarla.
Familiares y amigos del ciudadano colombiano se encontraban en las afueras de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda y todos dieron fe que la persona asesinada era servicial y un buen padre. Esperan que las autoridades logren dar con la identificación de los asesinos, los detengan y se haga justicia.
Fotos: Ángel Zambrano