Unas 500 personas se congregaron en la iglesia San José para escuchar la eucaristía previa a la procesión del Santísimo hasta La Catedral, acto presidido por Ovaldo Araque, vicario general de la Arquidiócesis de Barquisimeto.
Este evento forma parte de la celebración de los 113 años de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, que fue anunciada el 2 de julio 1899, una bendición para el país como reiteró Araque.
Entre aplausos, sonrisas, cohetes y familias unidas se desarrolló la actividad de principio a fin, que culminó con la celebración de la eucaristía en La Catedral de Barquisimeto.
Grupos religiosos de jóvenes, familias y pastorales se reunieron para orar por el país y por un futuro alejado de la violencia y pleno de armonía entre todos los venezolanos.
Aproximadamente a las 10:30 de la mañana salió la II Procesión Arquidiócesana con el Santísimo Sacramento, que fue llevada por el vicario, y mientras caminaban oraban al Señor.
El vicario general de la Arquidiócesis de Barquisimeto indicó que la procesión forma parte de un acto de fe delante de Jesús Sacramentado.
“La importancia es renovar en el corazón de todos los creyentes y bautizados el amor de Cristo”, sostuvo.
Esta renovación se hace en primer lugar porque es un gran milagro que se vive en cada celebración de la eucaristía, donde Cristo se hace presente con su amor.
Única nación consagrada
En segundo lugar, la reunión sirvió para recordar que la República de Venezuela está consagrada al Santísimo Sacramento del Altar, como única nación del mundo.
“Invitamos al pueblo de Dios, en estos momentos difíciles que vivimos, plagado de violencia e inseguridad, con tantos problemas generalizados, a aferrarnos a este gran amor de Dios, que se manifiesta de una manera especial, a través de la Eucaristía”, indicó Araque.
Agregó que los católicos, apostólicos y romanos deben llenarse de esa presencia real de Cristo en sus corazones
“Es el tiempo en que los cristianos debemos refugiarnos en el Señor, porque él es la única fortaleza, única esperanza, porque como dicen las Escrituras, él es el camino la verdad y la vida, por ellos, a través del Santísimo podemos vivir esa experiencia cercana de amistad y seguridad con el Señor”, aseveró.
Precisó que Venezuela está consagrada al Santísimo porque el pueblo en su mayoría es católico, cree en la eucaristía y la vive, celebra los sacramentos, va a misa los domingos, han hecho su primera comunión,y siempre se han refugiado en el Señor.
“Nuestro pueblo siempre ha creído que el cuerpo y sangre de Cristo es alimento de vida eterna, por ello estamos bajo la protección de Jesús Sacramentado, es una fe que nos lleva a creer en la presencia de Jesús en cada eucaristía y luego se queda en la hostia consagrada”, dijo Ovaldo Araque.
Alejados de Dios
En tiempos de dificultades, la recomendación de la Iglesia católica, según precisó el vicario general, es buscar a Dios.
“Nos hemos apartado del Señor. Justamente, leyendo en días pasados al profeta Amos recordamos que el dijo: “todo lo que nos está sucediendo es porque nos hemos alejado de Dios”, contó.
En este sentido, señaló que no sólo los gobernantes se han apartado de Dios, sino el pueblo e incluso ministros de la Iglesia.
“Hemos vivido una vida de lejanía, por eso es necesario que todos volvamos al corazón de Dios y demos nuevamente una mirada de fe auténtica al Señor que nos ama, al Señor que da la vida”, enfatizó.
Reiteró que si los cristianos no deciden aferrarse a Dios, será difícil ver transformaciones en nuestra patria.
Cristo, concluyó Araque, es el camino, la verdad y la vida. Sólo mirándolo a él mejorará nuestra familia, nuestros corazones, y también las estructuras que conforman nuestra sociedad venezolana”.
Fotos: Dedwison Álvarez
