Si para la vida cotidiana es propiamente ventajoso distinguir entre la figura y el fondo en la personalidad de aquellos con quienes nos relacionamos para saber a que atenernos; en materia educativa además de ello, es fundamental para aupar las aptitudes de los alumnos.
Recordando un pensamiento de Jorge Luís Borges “Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma…” y en los menesteres de la educación el docente debe calibrar su papel, en el que le permita al pupilo liberar su alma y su talento.
Quienes persiguen logros significativos de avance académico para los participantes, otorgan medular importancia a la comprensión de corrientes tales como el conductismo, el humanismo, el psicoanálisis y el constructivismo entre otras y de las cuales no puede abstraerse la gestalt; en la que las figuras dimensionadas dentro del contexto, cobran especial relevancia en la percepción de los talentos y habilidades del estudiante.
Un filme de trascendental categoría educativa como lo es “Descubriendo a Forrester” protagonizado por Sean Connery, como William Forrester y Robert Brown como Jamal Wallace, nos introduce en una visión académica del guión, que analizamos a la luz de muchas corrientes del pensamiento, pero en la que la gestalt marcó en el caso particular, especial relevancia.
El adolescente Jamal Wallace con un talento para el baloncesto, pero con excepcional atributo de escritor era percibido por sus mediadores bajo la figura de jugador y al fondo la de escritor; relegando a un segundo plano su potencial y talento por las letras.
Pero siempre en la vida existe un maestro o un profesor que se esmera por ver la mejor arista en la personalidad de sus participantes y este joven tuvo la suerte de ser dimensionado en su justa figura por un renombrado novelista – William Forrester-, quien vio en él su madera de escritor, sin desairar sus capacidades para el baloncesto.
En los asuntos de la educación y en las tareas del docente en sus funciones de facilitadores o mediadores es particularmente útil descubrir en el alumno su figura y su fondo, para fomentar y proyectar el desarrollo de aquellas habilidades y destrezas que se encuentran en crisálidas de manera que puedan metamorfosearse en bellos seres alados.
El docente con vocación, consciente de su función y convencido de estar al servicio de los demás como un médico o un sacerdote, siendo que su actividad es un apostolado y cuya huella es determinante en el forjamiento del futuro, indudablemente estará expectante respecto de la personalidad y talentos de sus participantes; por lo que de seguro sabrá sacar provecho, en palabras de la gestalt, tanto a la figura como al fondo y advertirá para la calidad de la educación, los rasgos que le dan relevancia e importancia a la sui generis característica que diferencian individualmente a unos de otros.
Abogado