“Tenemos los apodos y estamos trabajando en su localización”, dijo el comisario Humberto Virgüez, supervisor del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), cuando fue consultado con respecto a los autores de los homicidios del sargento mayor de segunda Héctor José Fernández, de la Guardia Nacional y del joven de 17 años, exalumno del liceo Mario Briceño Iragorry.
Igualmente se está trabajando en los casos de Joel Segundo Martínez y Freddy José Oviedo Bullones (alias “El Zamuro”).
-¿Cuándo podrían quedar esclarecidos estos homicidios?
-Estamos haciendo todo lo posible para que la próxima semana tengamos resultados, ya que no hemos dejado de realizar las investigaciones.
Criador
En relación a la muerte de Martínez Cañizales, de 26 años, criador de chivos, ovejos y cerdos, quien vivía en el barrio Moyetones, están señalados como presuntos asesinos los sujetos apodados El Negrito y El Flaquito, quienes junto con una mujer se presentaron el lunes a las 6 de la mañana con el fin de estrangular al criador, porque éste los vio merodeando por su corral el domingo y les advirtió que no se acercaran a su predio.
Esa mañana, la cónyuge del criador, Blanca Alejandra Suárez Vargas, quien se encuentra en avanzado estado de gravidez, pidió auxilio a los vecinos y los atacantes huyeron.
Pero, Martínez Cañizales, a eso de las 10 y media de la mañana, fue al sitio donde vivían los mencionados apodados, El Quique y El Dientón, a nuevamente hacerles una advertencia para que no se metieran con él; pero, lo recibieron a plomo y le causaron la muerte.
Uno de los vecinos al presenciar el ataque también usó un arma y disparó, hiriendo a Jesús Daniel Pacheco Soto, de 18 años, quien, al parecer, también formaba parte de la banda delictiva. Recibió un tiro en la pierna derecha y fue encontrado en la tarde, oculto entre la maleza de un cerro.
Los habitantes del sector les quemaron los ranchos a los antisociales, quienes después del asesinato habían huido del lugar.
Militar
El martes -24 horas después del homicidio del criador- se registró el asesinato a sangre fría del sargento mayor de segunda Héctor José Fernández, de 34 años, cuando iba de copiloto de su amigo Jimmy García, en una camioneta Ford Eco Sport plateada, y en el asiento trasero viajaba el último de sus cuatro hijos, de 10 años.
Un par de motorizados, con chaquetas negras y cascos, interceptó el vehículo en el semáforo de la avenida Lara con Bracamonte y de inmediato el parrillero pistola en mano gritó: ¡Dame la plata!
El militar llevaba oculto en su ropa una cantidad de dinero -al parecer 15 mil bolívares que había retirado de un banco y perteneciente a un capitán- y cuando abrió la puerta, forcejeó con el asaltante de la pistola y éste le disparó.
García manifestó que no sabía que su amigo, quien andaba de civil y estaba adscrito al Core 5 del Puerto de La Guaira, llevaba los fajos de billete porque le había dicho temprano que iba a desbloquear su tarjeta de débito.
Estudiante
El otro caso que causó conmoción esta semana fue el del joven de 17 años, residenciado junto con sus padres, quienes trabajan en el liceo Mario Briceño Iragorry, en San José, de Yaritagua, estado Yaracuy.
El joven, quien había egresado como bachiller del mencionado instituto, se encontraba conversando con dos muchachas en la parada del transporte colectivo que está frente al plantel cuando de repente se apareció otro muchacho esgrimiendo un arma de fuego y sin mediar palabra le disparó a la cabeza.
Los padres de la víctima, tan pronto se enteraron del suceso, se acercaron al sitio donde yacía; pero, ya el estudiante había fallecido.
El asesino huyó y no ha podido ser localizado, aunque los detectives tienen dos hipótesis: una, que fue por venganza, ya que la víctima había tenido una riña con otro joven; y la otra, por celos, ya que se presume que una de las muchachas era novia de un cursante del Mario Briceño Iragorry.
Colector
En el caso de Freddy José Oviedo Bullones, apodado El Zamuro, de 35 años, muerto a tiros aproximadamente a las 10 de la noche del jueves en la calle 14 de Febrero de Tierra Negra, también se trabaja en torno a una posible venganza, ya que el hombre era muy conocido en el sector y trabajaba últimamente como colector de una buseta de una de las rutas que pasa por el sector. La gente del lugar dijo que no salieron porque se recogen temprano ante el temor de la delincuencia.
Fotos: Daniel Arrieta
