Aunque ayer transcurrió con toda normalidad la actividad en la cárcel de Uribana, registrándose más de un centenar de visitas hasta el mediodía, familiares de los reclusos que durmieron en las inmediaciones la noche del miércoles y la madrugada del jueves, dijeron que se habían escuchado varias detonaciones y presentían que algo grave podría haber ocurrido.
Sin embargo, en el Hospital Central Antonio María Pineda no se había registrado ningún movimiento, con excepción del caso de Richard López, de 35 años, quien fue ingresado a las 11 y 58, cuando fue llevado en la ambulancia del penal, a la sala de emergencia, donde los médicos le apreciaron una herida en la región encefálica del cráneo como consecuencia de un balazo que recibió durante una riña.
El hombre después de ser herido fue sacado del pabellón donde se encontraba y dejado tirado en la puerta, donde fue auxiliado y llevado al mencionado centro asistencial.
“Se desconoce el sitio donde se produjo el hecho y la hora”, según dieron a conocer las autoridades policiales que, como se sabe, no tienen acceso al penal porque éste, como todas las cárceles, se encuentra bajo el control de los reclusos.
Cuando los periodistas estuvieron en la entrada de la cárcel, pidieron hablar con el director del reclusorio, Nelson Bracca, quien fue visto caminando muy tranquilamente a muy pocos metros donde estaban los periodistas; pero, el funcionario le dijo a uno de sus subalternos, que se le había acercado para darle el recado, que no recibiría a nadie.
“Él manda a decir que no quiere hablar con los medios”, fue la expresión del mandadero.
En ese momento uno de los guardias nacionales le escribía con un marcador en el brazo derecho a una joven mujer el número 138, lo cual quiere decir que hasta ese instante -12 del mediodía- ya habían ingresado más de un centenar de personas a visitar a sus familiares recluidos en el penal.
Los parientes de los reos que hablaron con los reporteros dijeron que habían pasado algunas horas desveladas porque temprano en la noche se oyeron varias detonaciones.
No pudo lograrse la confirmación del traslado de 6 reclusos a Coro, 2 a Tocuyito y uno a El Dorado, porque, como ya indicamos, Bracca se negó a suministrar informaciones.
Foto: Daniel Arrieta