Carta abierta a Capriles Radonski

Le pido a Dios que nos ayude para llevarte a la presidencia de la República, para serte sincero debo decirte que no vote por ti, lo hice por María Corina Machado a ver si pegamos con una mujer, ya que hasta ahora los presidentes que hemos tenido no han demostrado el valor y la voluntad de no acabar con la corrupción que nos carcome, por lo menos reducirla en un 50%, el actual presidente como militar en su mal llamada Revolución Bolivariana más bien la ha duplicado y hasta más.
Voy a Recordarle las palabras del Dr. José Gil Fortoul, el famoso pelón Gil, que decía: “lo que pierde a los gobernantes es la camarilla de adulantes”, aunque yo le agrego que también es la falta de personalidad del gobernante. Así es que ten esto presente y trata de rodearte de gente honesta y sincera, no de serviles y chupamedias que no te traerán nada bueno y que solo andan buscando beneficios.
Ten muy presente las palabras de Abraham Líncon, “Creo más en las críticas de mis adversarios que en las alabanzas de mis amigos. Hay tres palabras que si las aplicas en tu gestión pasarás a la historia con dignidad y gloria que son: Sinceridad, Honestidad y Humildad. Es muy importante que enfoques tu gestión en la educación, principalmente en una educación integral, sobre todo en darle a conocer a la juventud su país, sus costumbres, sus tradiciones, amar lo nuestro que tanta falta nos hace para hacer de este hermoso país lo que pudiéramos ser, si los venezolanos fueramos integralmente venezolanos y generalmente no prefiriéramos lo extranjero ante lo propio, otro gallo cantaría.
Claro que habrá sus raras excepciones, pero no es suficiente para hacer de este país la semejanza de un paraíso ya que tenemos de todo, para no tener que envidiar nada y preferir muchas veces lo extraño ante lo propio y sería largo enumerar los ejemplos conocidos. Esto no es sino falta de educar desde niños los hombres del futuro.
Para terminar voy a tratar muy someramente un tema que aunque distinto al expuesto nadie se ha ocupado de él, se trata de los huérfanos de la revolución pacífica pero armada, dos pequeños comentarios he hecho en este mismo diario sobre el caso pero hasta ahora nadie se ha ocupado de cuantificar la cantidad de niños y niñas que han quedado huérfanos(as) y que si no se atienden serán posiblemente malandritos(as) del futuro con algunas excepciones. Manos a la obra cuando llegue con votos y la gracia de Dios, para luego es tarde.
Un venezolano integral