Acostado en su cama con una sonrisa plasmada en su rostro y con la amabilidad que lo caracteriza, el profesor Juan José Moreno, adscrito al Ministerio de Asuntos Penitenciarios, confesó tenerle mucho amor a Uribana.
Este ejemplar deportista es el coordinador en el programa de deporte del penal. Su carrera deportiva la comenzó a los 8 años. Fue representante del estado en las disciplinas de voleibol, baloncesto, y como futbolista perteneció al Club Deportivo Lara; a raíz de una operación se retiró. Ahora tiene 57 años de edad y desde hace 29 años trabaja con privados de libertad en esta entidad.
El profesor, o Juan, como todos lo llaman por cariño, contó que el jueves pasado se le vino el mundo encima, en el momento en que sintió un fuerte dolor y que algo lo quemaba. Supo que había recibido un disparo.
Al preguntarle qué recordaba de lo sucedido comentó que estaba preparando el campo porque te-nían un partido de softbol, justo en el momento en que un disparó sonó, cree vino de una de las garitas. Allí se tiró al piso y los cuatro evangélicos que estaban con él oraban.
“Yo fui la primera persona a la que hirieron ese día y por la forma estoy seguro de que el disparo vino de las garitas, porque las balas que disparan los muchachos van hacia arriba y ellos no son capaces de atentar contra mi vida”, recalcó Moreno.
Ese jueves 28 de junio fue la primera vez que el profesor queda atrapado en una balacera.
Comentó que en el momento que sintió el dolor se tocó y al ver la sangre dijo que le habían herido.
Las cuatro personas que estaban con él sin importales los disparos lo cargaron y sacaron del penal. Una ambulancia del penal los trasladó hasta el ambulatorio de Tamaca y posteriormente a una clínica privada, en el centro de la ciudad.
Al principio pensó en la vena femoral, pero por fortuna el proyectil sólo afectó un nervio, que lo mantendrá de reposo por un mínimo de 21 días.
Manifiesta que los hombres que allí se encuentran respetan el deporte y necesitan ser ayudados, porque son seres humanos, su trabajo es de forma desinteresada y le tiene mucho amor a Uribana.
Desde el día del hecho no ha dejado de recibir visitas de personas que estuvieron privadas de libertad y así mismo llamadas de todos los internos de Uribana, todos preocupados por su estado de salud y de su recuperación.
Sin embargo ninguna autoridad del penal ni del Ministerio de Asuntos Penitenciarios se ha acercado para saber de su estado de salud.
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