El pasado 20 de junio los habitasntes de El Empedrado, en el municipio Torres, cansados de esperar el cumplimiento de numerosas promesas por parte de funcionarios de diferentes organismos, cerraron por varias horas la carretera Panamericana que une los estados Lara y Trujillo.
“Estamos cansados de que nos mamen gallo con la solución de los problemas que son muchos y viejos, comenzando por la vía que nos comunica con la Lara-Trujillo, siguiendo con el agua contaminada, cuando llega, que estamos consumiendo”, dijo Rosa Canelón, una de las luchadoras por las mejoras para el agradable poblado larense.
“La carretera sigue igual, peor, porque no le han hecho nada, a pesar de que ese día prometieron del MTT venir en los próximos días a arreglarla”, indicó Marcos Salas, de la línea que cubre la ruta El Empedrado-Carora.
Simón Torrealba, por su parte, dijo que el problema del agua es grave pues siguen dependiendo del viejo tanque elevado, completamente oxidado, que hace tiempo prometieron sustituirlo por otro.
El día del cierre de la vía les prometieron el envío de un ingeniero, aparentemente de Hidrolara o la gobernación, para constatar su alto grado de deterioro, pero todavía no ha llegado.
“Allá está un montón de tubos arrumados que iban a ser para el nuevo acueducto, y nada, no hacen nada”, expresó Cenaida Arroyo, otra habitante.
Los tubos serían parte de un viejo proyecto de acueducto para llevarles agua desde Pie de Cuesta del que nadie, a excepción de los pobladores, se acuerda.
Hasta Francisco, el popular “Mi muchacho”, se ha sumado a las protestas de la comunidad de El Empedrado en reclamo de mejoras para el pueblo.
“Aquí ni la alcaldía, ni la gobernación, ni el gobierno nacional hacen nada por nosotros: nos tienen tan olvidados que hasta nos dan ganas de llorar”, manifestó mientras de verdad dejaba salir lágrimas de sus ojos.
Pero en El Empedrado no sólo están sufriendo por el pésimo estado de los seis kilómetros de la carretera, actualmente un simple camino, que les comunica con la Panamericana, o la falta de agua potable, sino también por las instalaciones deportivas, concretamente el campo de béisbol y la cancha de baloncesto o futbolito.
Del primero desaparecieron la tribuna, los dogouts y hasta la cerca perimetral, convirtiéndose el terreno en un pastizal donde se alimenta el ganado.
Tampoco la placita José Gregorio Hernández recibe el necesario mantenimiento, permaneciendo a oscuras por falta de disposición desde la alcaldía para reponer el alumbrado y las plantas ornamentales.
Tampoco el cementerio cuenta con cerca que proteja las tumbas y apenas un obrero se encarga en parte de su mantenimiento.
Aún se acuerdan de Luis Reyes Reyes cuando era gobernador y les prometió durante una fugaz visita en helicóptero que, “en dos meses tendrán resueltos sus problemas de la carretera y del agua”, pero dejó el cargo, fue ministro y ahora está en otro alto cargo y nada ha hecho.
En septiembre son las fiestas en El Empedrado en honor a San Miguel Arcángel y a él están rogando hagan algo por sus habitantes.
Fotos: Elías Rodríguez
