La producción de cemento, no obstante estar en manos del Estado venezolano, ha mermado considerablemente y, en consecuencia, ese insumo escasea y cuando se consigue su precio es exorbitante.
Coinciden en tal apreciación constructores y promotores de la industria de la construcción, consultados separadamente por nuestro equipo reporteril.
Shoi Mey Lau, del gremio de promotores, estima que en el curso de los últimos seis años, la producción ha experimentado una reducción del 40 por ciento.
Si la producción se hubiera mantenido como antes, cualquier persona que desee hacer una reparación de su vivienda lo conseguiría en cualquier ferretería, que es el tipo de establecimiento que se encargaba por tradición de su venta.
Una vez que las plantas procesadoras de cemento pasaron a manos del Estado venezolano, la distribución quedó a cargo de gente que no conocía el negocio y se dispuso finalmente que del insumo se encargaran los consejos comunales.
Hoy día la venta se efectúa en sitios que fijan los expendedores, comentó el ingeniero Omar Montero, ex presidente de la Cámara de la Construcción del estado Lara, quien continuamente ha venido manifestando la preocupación del gremio por la falta de ese producto, indispensable para el levantamiento de inmuebles.
En el caso de los promotores y constructores tienen que comprar, para la ejecución de sus proyectos, la capacidad que transporta una gandola.
Cuando se compra a granel, generalmente, el precio es de 70 bolívares el saco.
Pero, el asunto no se limita solamente a ese rubro, sino que se extiende a otros como la cabilla, tuberías, elementos eléctricos y plásticos.
Quienes conocen del problema señalan que el problema es tan grave que el gobierno, como se dice en términos boxísticos, “ha tirado la toalla”; es decir, se ha mostrado incompetente para resolverlo.
Es por eso, indican, que ya el Ejecutivo Nacional ha comenzado a llamar a los representantes de las empresas privadas que producen algunos de los rubros mencionados y se han hecho reuniones en Caracas y Valencia, con el fin de ver la forma en que se pueden lograr aumentar la producción.
Claro está, en esas reuniones no han estado presentes los directivos de las empresas cementeras y productoras de cabillas, porque éstas son controladas por el Estado.
Se tiene conocimiento que el gobierno está importando cemento y otros insumos de la construcción, para las obras que tiene proyectadas el ministerio de la Vivienda y Hábitat, a través de una empresa cubana.
Es lamentable que se esté produciendo un retroceso en la producción de los rubros destinados a la construcción, porque ésta era la primera industria que generaba mayor número de empleos en Venezuela.
Aún más, Venezuela exportaba cemento y cabillas a Colombia, Brasil, Puerto Rico e islas del Caribe, comentó Shoi Mey Lau. Ahora, dependemos del exterior.
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