Es imperativo que se revisen las políticas económicas negativas para el sector manufacturero, tales como los controles de precios y de cambio, normativas de producción y de abastecimiento del mercado interno, a las que se agregaron recientemente la Ley de Costos y Precios Justos y la Ley Orgánica del Trabajo, antes de ingresar formalmente a Mercosur, recomienda la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria)
Carlos Larrazábal González, presidente del organismo gremial, hizo pública la preocupación del sector ante el anuncio del ingreso formal de Venezuela a este acuerdo comercial a partir del 31 de julio.
Reconoce Larrazábal que el Mercosur, igual que otros acuerdos de este tipo, proporcionan oportunidades de acceso a un nuevo mercado. En este caso, significaría ingresar a un área de 220 millones de habitantes, con un Producto Interno Bruto (PIB) de más de 2.000 millones de dólares e importaciones por el orden de los 90 mil millones de dólares.
Advierte sin embargo, que en la actual situación de la industria venezolana, este ingreso del país al Mercosur podría traer como consecuencia el cierre de muchas pequeñas y medianas industrias y la desaparición de miles de empleos, dado que el Ejecutivo no ha desarrollado una agenda interna que permitiera incrementar la capacidad productiva corrigiendo las distorsiones e ineficiencias que impiden la inversión, ni ha considerado las propuestas presentadas por los sectores productivos nacionales.
Señalan los industriales que en esas condiciones, sólo se verían beneficiadas las exportaciones de Brasil y Argentina, dadas las diferencias de escala, competitividad, de coherencias de políticas y de incentivos en esos países con respecto a los vigentes en Venezuela.
Negociaron a espaldas del país
Por otra parte, el gremio manufacturero reitera su inquietud por el hecho de que estas negociaciones comerciales se desarrollaron sólo a nivel de gobiernos, sin la participación activa de los sectores productivos, de los gremios, de los sindicatos, organizaciones académicas y el país en general.
Recordó Larrazábal que, en otras oportunidades, Conindustria ha hecho un llamado de atención sobre las serias debilidades estructurales del Mercosur, como son la ausencia de las medidas de salvaguardia comercial, mecanismos de equilibrio, solución de diferencias eficiente, entre otros.
A pesar de todo esto y ante la inminencia de la entrada en vigencia de este acuerdo, el gremio industrial insiste en su disposición a trabajar conjuntamente con todos los sectores involucrados en la construcción de una propuesta de cambios en el Programa de Adecuación a la incorporación a miembro pleno e incluso en el funcionamiento de la Zona de Libre Comercio existente con Mercosur adoptada mediante el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica (ACE 59).
Entre las propuestas de Conindustria destacan, además de revisar las políticas nacionales económicas negativas al sector antes mencionadas, analizar las políticas de protección y promoción a la producción nacional vigentes en Brasil y Argentina, así como instaurar un mecanismo formal y permanente -inexistente en Mercosur- de evaluación de las políticas económicas y comerciales que se aplican en los países miembros del acuerdo y las asimetrías de los países miembros, especialmente con Venezuela.
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