El Club Deportivo Lara continúa este martes su ruta de preparación para la Copa Sudamericana y el torneo Apertura de primera división, pero lo hace en un ambiente de incertidumbre, afectado por serios problemas económicos, que no le permiten despegar por completo en la fase de pretemporada.
La sesión, que marca el comienzo de la segunda semana, está programada para realizarse en la cancha alterna del Metropolitano de Cabudare y podría tener como novedades las incorporaciones de Edgar Pérez Greco y Zamir Valoyes, dos de los tres jugadores que no estuvieron los días previos.
También es esperado el delantero Rafael Castellín, aunque gente ligada a su entorno indica que sigue afectado por el reciente fallecimiento de su padre y no está en condiciones anímicas para entrenar.
Eduardo Saragó y su colaboradores en el cuerpo técnico se enfocan desde la semana anterior en el tema de la preparación, incluso ya con trabajo táctico en la cancha para adecuar a los refuerzos al sistema, pero no dejan de mirar con preocupación la situación económica del equipo, toda vez que no cuentan con el aporte de Tracto América y el propietario Arid García no está en condiciones de responder por los gastos de la oncena, que, paradójicamente, tiene a la vuelta de la esquina una eliminatoria clave, porque enfrentan al Tolima de Colombia en la primera fase de la Sudamericana.
Es una situación paradójica. Hay ilusión por los retos que se avecinan, pero también existe preocupación por el tema de la inestabilidad económica.
Se habla de una deuda de cuatro meses con los jugadores –información no confirmada ni por integrantes del cuerpo técnico o directiva del equipo- e incluso de la posibilidad de suspender la pretemporada en Maturín, porque no hay dinero en las arcas del equipo para costear el viaje.
Al parecer la situación es insostenible y la única salida sería la aparición de algún empresario que pueda hacerse cargo del equipo. De hecho, el propio Saragó admitió en una entrevista con un diario deportivo de circulación nacional que existe la posibilidad de que el equipo sea vendido.
La semana anterior se corrió el rumor de que Jorge Hernández, dueño de Guaros de Lara, era uno de los interesados en adquirir la oncena por la vía de la compra, pero el propio empresario lo negó, con el argumento de que falta poco más de un mes para el inicio de la temporada y no hay tiempo para hacer los preparativos.
El cartel de “se vende” no cuelga en las puertas de las oficinas, pero es lo que más esperan jugadores y cuerpo técnico para que el equipo no entre en crisis y pueda encarar los compromisos nacionales e internacionales sin preocupaciones extradeportivas.
Toda esta situación se produce en un momento en que el equipo festeja su tercer aniversario, después de tomar el cupo de Guaros FC en 2009.
Paradójicamente, en aquel entonces, la franquicia vivía un momento similar y Arid García apareció para salvar a un equipo que estaba destinado a morir.
Foto: Daniel Báez/ Archivo