Si sorprenden los aguaceros, el nivel del agua sube inmediatamente debido a la cantidad de matorrales y de otros desperdicios que son arrojados a las alcantarillas. No existen desagües apropiados para que fluyan las aguas pluviales, situación que preocupa a toda la comunidad de Los Cerrajones.
Exhortan a la Alcaldía de Iribarren para que atienda la situación.
José Pérez, habitante, lamenta que las autoridades correspondientes desatiendan la solicitud que hacen en el vecindario, pese a las dificultades que genera dichas alcantarillas sin el debido mantenimiento. La maleza, entre otras cosas, atrae a los mosquitos y zancudos, que transmiten enfermedades infecciosas como el dengue, capaz de ocasionar la muerte en caso de que no sea atendido a tiempo.
“Nos molestamos al notar que a pesar de las quejas que hemos puesto en Emica, las alcantarillas continúen en las mismas condiciones insalubres. Tememos por la aparición de alimañas (insectos, roedores, etc.) a causa de la contaminación que empieza a instalarse aquí en la urbanización, sobre todo, en las horas nocturnas”, sostuvo el conurbano de apellido Pérez.
Vialidad en mal estado
Por otro lado, es preocupante el deterioro que presentan las calles del sector perteneciente a la parroquia Juan de Villegas, el cual tiene más de 30 años de fundado y es considerado uno de los espacios comunitarios más representativos del oeste de Barquisimeto Huecos, en la mayoría de las vías, hacen que los conductores, a final de cuentas, terminen invirtiendo en las reparaciones mecánicas de sus vehículos. En las inmediaciones del Gimnasio Los Horcones, en la avenida principal, la capa asfáltica presenta su peor rostro. De hecho, es uno de los tramos más afectados por la desidia vial. Padres y representantes de los niños en edad escolar, que hacen ejercicio en esos espacios, también se pronuncian en contra de la falta de atención oficial y alegan que, desde hace dos o tres años, permanece el pavimento en deplorable estado.
Las unidades de la Ruta 6, con servicio del transporte público desde hace décadas, son muy afectadas con los desperfectos que exhibe la superficie. Cerca de 400 bolívares, cuesta la reparación del tren delantero, siempre que el daño no sea de gran magnitud.
Foto: Jairo Nieto
