La campaña presidencial en Venezuela empezó oficialmente el domingo, cuando el presidente Hugo Chávez y el líder de la oposición Henrique Capriles encabezaron sendos mítines de sus seguidores, en lo que promete ser una dura batalla que culminará con la elección en octubre.
Capriles arrancó su campaña con mítines en sitios opuestos del país: el estado de Bolívar, en el sureste del país, y en el estado occidental de Zulia.
Sin mencionar al mandatario por su nombre, Capriles dijo a sus partidarios en el estado Bolívar, que “el que está en el poder, a él solamente le interesa algo, es quedarse en el poder’’.
“Yo formo parte de un nuevo liderazgo… yo estoy aquí para buscarle solución a sus problemas’’, acotó.
Capriles llevaba una diadema indígena adornada con plumas y prometió ayudar a las “comunidades indígenas, los pueblos más olvidados en nuestra Venezuela’’. También comprometió luchar contra la violencia criminal y la inflación.
Capriles, de 39 años, ganó en la votación primaria en febrero y antes del inicio de la campaña se separó de su cargo como gobernador del estado Miranda para dedicarse a la campaña. Ha estado recorriendo el país con visitas de casa en casa, mientras que Chávez en gran parte ha limitado sus apariciones públicas a actos de gobierno en Caracas.
Capriles y otros políticos de oposición sostienen que las políticas de Chávez han destrozado la economía, agravaron la delincuencia y han convertido al país en un destino poco atractivo para la inversión.
Dice que apoya los programas sociales para los pobres, pero también critica las expropiaciones del gobierno de empresas privadas y dice que de ser elegido estimularía la inversión privada para generar empleos.
Cruzó el país
Henrique Capriles, un joven ex gobernador que busca poner fin a 13 años de socialismo en el país petrolero, voló a dos pueblos fronterizos distantes, en un intento por resaltar la ausencia del Gobierno en las comunidades alejadas de Caracas.
En la remota población suroriental de San Francisco de Yuruani -de la etnia Pemón-, un Capriles con una camisa con los colores de la bandera venezolana y en su cabeza una vincha con plumas habló ante centenares de simpatizantes.
“Mi compromiso es ir al más olvidado,” arremetió Capriles con el monte Roraima de fondo, mientras algunos niños lo miraban desde lo alto de unos árboles.
Aunque el domingo marca el inicio oficial de las campañas, Chávez y Capriles hace meses que están arengando a sus seguidores y buscando captar indecisos: el Presidente, a través de largas cadenas de televisión y Capriles, en recorridos casa por casa y con actos en todo el país.
Capriles, quien gobernó el populoso estado de Miranda, admira la combinación brasileña de políticas de libre mercado con programas sociales y es considerado la mejor carta de la oposición para arrebatarle el poder a Chávez.
La decisión de cambiar Caracas por San Francisco de Yuruani, en medio de la sabana y a pocos kilómetros de Brasil, para luego cruzar hasta La Guajira, en la frontera occidental, busca resaltar la energía y juventud de Capriles, en contraste con el presidente.
“Al que está en el poder sólo le interesa una cosa: quedarse en el poder (…) Allí, Brasil, cerquita, despegó. Ahora le toca a Venezuela despegar”, sostuvo en el pueblo de casas humildes con techo de paja.
Aunque la oposición está más unida que nunca contra Chávez, Capriles enfrenta una dura tarea para superar el apoyo del Presidente entre los más pobres, forjado en base a años de programas de viviendas, pensiones y subsidios derivados de la vasta renta petrolera del país.
En un inusual gesto, la televisión estatal -que suele estar monopolizada por mensajes, publicidades y actos de Chávez- mostró el lanzamiento de campaña de Capriles, aunque calificó al Presidente en pantalla como “el candidato de la patria” y al opositor como “el candidato de la derecha”.
“Todo su corazón está abierto al pueblo”, dijo Girólamo Ambla, de 43 años, de camisa y gorra roja. Llevaba un muñeco de Chávez con la misma vestimenta en sus manos, en medio de cientos de simpatizantes del Presidente que lo aguardaban en el pueblo de Mariara, donde comenzó la caravana.
Los simpatizantes del Gobierno realizaron vigilias en varias plazas del país para apoyar el inicio de campaña de Chávez, mientras que la oposición organizó 300 caravanas en el país.
Fotos: Comando Venezuela