Sin pertenecer a ninguna organización política y como un derecho Constitucional, es que, me manifiesto, una vez, más.
Y no me cansaré, mientras Dios y los delincuentes me den mucha vida, para protestar. Y el llamado lo hago extensivo a todos los venezolanos, a manifestarse, por que nos están matando, ante unos gobernantes que se hacen los ciegos, sordos y mudos.
Aquí no se trata de golpista, ni nada por el estilo, sencillamente, que queremos seguir viviendo. En Venezuela no hay gobierno. Aquí manda el hampa, la delincuencia, la pillería, la chusma. Los únicos seguros son el Presidente y sus Ministros, con escoltas pagados por eso que llaman «el soberano», popularmente, conocido como el pueblo, el trabajador, el explotado, el pobre, el inseguro.
Al respecto, insisto en nombrar nuestra Constitución, violada en infinidades de veces, por este mal gobierno, sino, léanse algunos artículos, como por ejemplo, los números 2, 3, 19, 21, 23, 26, 27, 43, 55,86, entre otros. Igualmente, son violadas otras leyes, como La ley Sobre la Violencia Contra la Mujer; Ley de Protección de Víctimas, Testigos y Demás Sujetos Procesales, cuando la policía incumple con una orden de un juez, de brindar protección policial a las víctimas. Así mismo, se viola el Código Orgánico Procesal Penal; El Código Penal, entre otros más. Con razón, los venezolanos somos presa fácil de la delincuencia, el sicariato, el secuestro, violaciones y por supuesto, los asesinatos con armas de fuego. Qué país puede vivir con unos gobernantes así, ¡ninguno¡ Debo confesar que esta inseguridad ha asesinado a muchos venezolanos, honestos trabajadores, buenos hijos y padres de familia. Excelentes compañeros de trabajo. Amigos con valores consolidados por su familia y el trabajo. Que dieron toda su vida al servicio de la educación, la salud, y muchas actividades más. Personas que tenían mucho que darle a este país para el progreso, para dejarle a sus hijos y nietos, un gran futuro, lleno de paz, trabajo, y educación.
Y, como una muestra, de mis palabras y sentimiento, les voy a nombrar, a un excelentísimo amigo y colega, que fue una víctima más de la delincuencia, sin freno, que existe desde hace mucho tiempo en Venezuela, me refiero al Prof. Álvaro Ernesto Pérez Méndez.
Aprovecho para expresar mis más sentidas palabras de condolencia a sus familiares, por la sentida desaparición física de mi colega, tanto en la Escuela José Gil Fortoul, como en la Reserva del Ejército, en la cual trabajamos juntos por un gran tiempo.
Es decir, ¿qué piensa hacer este gobierno para proteger al resto de venezolanos que, aún, estamos con vida? ¡Modificarán las leyes¡ Porque aquí, en Venezuela, el hampa, los delincuentes aplican la pena de muerte, en contra del pueblo. Mientras tanto, ellos (los delincuentes, bandidos, los antivalores, los carcinomas, peste humana, los intocables), muchas veces son protegidos por jueces, fiscales, policías, abogados, entre otros personeros, encargados de impartir justicia. Me imagino que los santos tienen su agenda llena de plegarias, oraciones, rezos, súplicas, rogativas, invocaciones y adoraciones, para que nos protejan de tanta maldad que existe hoy en día en Venezuela.