El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien busca otra reelección, y el candidato opositor Henrique Capriles Radonski arrancarán mañana con actos masivos la campaña electoral para los comicios del 7 de octubre, que se prevén sean los más cerrados en 14 años.
En el tiempo de la actividad proselitista, de poco más de tres meses, los candidatos podrán pedir el voto a los venezolanos, que mantienen a Chávez al frente de los sondeos sobre las preferencias electorales.
La campaña del mandatario arrancará con una caravana de vehículos en la región central de Aragua, mientras que los partidarios de Capriles anunciaron actividades similares en 300 municipios del país y el candidato visitará zonas de la frontera con Colombia.
El dirigente oficialista y presidente de la Asamblea Nacional (Congreso), Diosdado Cabello, informó que la campaña por la segunda reelección de Chávez comenzará con una caravana en el estado central de Aragua.
“Desde el estado Aragua arrancará esa marcha triunfante que nos llevará a la victoria del 7 de octubre”, señaló, y agregó que el acto será un esfuerzo para demostrar la confianza del pueblo en el líder bolivariano. “Será una manifestación de amor, alegría, esperanza y confianza de cara a las elecciones. Este domingo habrá una inmensa manifestación de amor del pueblo por el presidente Chávez”, añadió.
El comando de Capriles anunció que el candidato arrancará con visitas a localidades fronterizas con Colombia, donde están asentadas etnias indígenas.
Cabello señaló que Aragua fue escogida para el inicio de la campaña porque allí juró un grupo de militares que encabezó el retorno de Chávez al poder, después del intento golpista de abril de 2002.
El presidente de la Asamblea Nacional dijo estar seguro del triunfo de Chávez, quien representa la “paz, la soberanía, la independencia” del país. “La oposición garantiza el desorden y el caos. Pueden decir lo que quieran, ellos jamás y nunca van a reconocer eso”, recalcó.
A la vez, el jefe del comando de campaña por la reelección de Chávez y alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, dijo que los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) darán fuerza a un “huracán rojo bolivariano” que estremecerá el centro del país en el inicio de la campaña.
Por su lado, el comando de Capriles anunció que el candidato arrancará con visitas a localidades fronterizas con Colombia, donde están asentadas etnias indígenas.
El coordinador de actividades, Carlos Ocariz, dijo que después de una primera parte de la movilización de Capriles de visitas casa por casa, ahora recorrerá “pueblo a pueblo y de punta a punta”.
Según indicó, comenzará la actividad en la región sureña de Santa Elena de Uairén y luego en La Guajira, en la frontera norte con Colombia, para llamar la atención sobre estos “pueblos olvidados” por el gobierno de Chávez.
“A esos pueblos llegará el mensaje de progreso y futuro del próximo presidente de Venezuela. Sin ser aún gobierno hemos demostrado con hechos el camino del progreso y oportunidades que viene después del 7 de octubre para todos los venezolanos. No habrá ningún pueblo, ni un caserío que se quede sin escuchar el sonido del progreso que representa Henrique”, dijo.
Ocariz señaló que además de las visitas de Capriles a Santa Elena de Uairén y a La Guajira, “millones” de venezolanos se movilizarán en caravanas que se realizarán en 300 municipios del país.
Antes de la campaña oficial, Chávez fue presentado por los medios oficiales como un ser casi divino, redentor de los más pobres, mientras que Capriles explotó su mensaje de unidad a un país polarizado entre simpatizantes y opositores del gobierno.
Chávez, de 57 años, está en tratamiento contra el cáncer, pero en las últimas semanas no se ha referido al tema, intentando presentar una imagen recuperada y activa en la gestión de gobierno.
El gobernante lleva 13 años en el poder y aspira a ganar otro mandato de seis más con la meta de sumar 10 millones de votos, de un padrón electoral de 18,9 millones de electores. Su principal oferta es profundizar su proyecto socialista, que apuesta por la extensión de la influencia del Estado en la economía, con instituciones que de declaran cada vez más antiimperialistas.
Por su lado, Capriles, de 39 años, espera recoger los frutos de sus recorridos por el país, que comenzaron apenas arrasó en las primarias opositoras del 12 de febrero. El político apuntala su opción con un mensaje de cambio, una propuesta dirigida a mejorar los servicios de seguridad, educación y salud, y trabajar junto como la empresa privada.