Oscar Segovia empezó con el sueño de salir adelante, pese a las dificultades del camino. Se trata de un vecino del barrio El Tostao, en el oeste de Barquisimeto, de esos hombres que los venezolanos llamamos “echao’ pa’ lante”. Trabajó durante un tiempo en una empresa que producía la esencia de vainilla y, al cabo de unos años, dejó su empleo para formar su propio negocio.
Pero no surgió solo. Otras personas de la comunidad celebran hoy el hecho de haber levantado con unidad, esfuerzo y dedicación, una cooperativa que provee el sustento para ellos y sus familiares. Se decidieron por la elaboración de la vainilla. Fue una batalla ardua hacer la clientela.
Diez años, en la casa de los Segovia, sirvieron para que los humildes vecinos pusieran a andar el negocio. “Empezamos en mi casa porque no teníamos el presupuesto para tener una sede. A duras penas, contábamos con la materia prima”, sostuvo Oscar Segovia.
Cerca de diez personas de la comunidad forman parte de este sueño de superación. Desde hace cinco años, se mudaron a la Zona Industrial I porque el negocio comunitario salió a flote. Está consolidado. Se trata de la cooperativa Unidad de Producción El Tulipán R.L.
En la unidad está la fuerza
Con la ayuda de Cecosesola, la cooperativa de distribución de víveres y hortalizas, con servicio de atención médica y funerarias, el grupo de vecinos de El Tostao distribuye no sólo esencia de vainilla sino productos de limpieza.
“En Cecosesola hemos encontrado una mano amiga, fue así como decidimos organizarnos en cooperativa y, desde hace cinco años, funcionamos en esta sede de la Zona Industrial. Nos costó hacer la infraestructura pero, gracias a Dios y a la voluntad de todos, salimos de la casa para oficialmente tener nuestra propia empresa”, dijo la socia Gladys Fernández.
No teníamos nada, dijo Fernández, sin embargo, Cecosesola los orientó en la forma en la cual debían organizarse y, el trabajo diario, ha contribuido con el resto de satisfacciones. Entre 250 y 300 cajas semanales, distribuyen en las difentes ferias de hortalizas y víveres. Los productos de limpieza y vainilla El Tulipán, además de brindar los ingresos económicos de este grupo de vecinos de El Tostao, permite otorgar beca a estudiantes universitarios.
Alumnos de varias casas de estudios acuden al área de producción de la cooperativa comunitaria y aportan sus conocimientos teóricos, mientras los trabajadores enseñan la forma de elaborar los productos.
“Nuestras puertas están abiertas para otros microempresarios que quieran aprender de nuestra experiencia y también para los estudiantes.
A veces pensamos que es imposible salir adelante, cuando sólo hace falta tener la convicción de progresar. El trabajo arduo y en equipo, es una valiente manera de obtener éxito”, finalizó la socia.
Fotos: Ángel Zambrano