En el 2008 se publicó la Ordenanza sobre Áreas Verdes, Recreativas y Aceras de las Vías Públicas del municipio Palavecino, la cual recoge un conjunto de normas que prohíben acciones que alteren el libre tránsito y la salud de los habitantes.
El espíritu de esta normativa, que hasta ahora para muchos palavecinenses es letra muerta, tiene por objeto regular y establecer el régimen de conservación, defensa, mejoramiento y mantenimiento de las áreas verdes, recreativas y áreas verdes de la jurisdicción de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal.
Una cruda realidad
En diferentes comunidades de Palavecino, especialmente en las adyacencias de las principales avenidas, la realidad es otra a lo esbozado en la citada ordenanza.
En éstas se pueden observar gran cantidad de talleres mecánicos, pintura y latonería, ventas y montajes de cauchos, muchos avisos y conos de seguridad colocados a diestra y siniestra sin ningún control de la municipalidad.
Alrededor de los mismos agentes perturbadores y contaminantes que además de estar fuera de la ley atentan con el equilibrio ecológico del mal llamado municipio ecológico propuesto por el Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL).
Invasión bajo el silencio oficial
Según apreciación del ex concejal Naudy Salguero, el municipio Palavecino está invadido de estos comercios que se establecen en cualquier espacio, sin tomar en cuenta el impacto y daño que causan a su alrededor, ya que además de generar desechos -en algunos casos- afectan el tránsito peatonal y vehicular.
Dichos negocios además de ser agentes contaminantes y perturbadores no poseen los permisos requeridos por los organismos públicos, agregando que sus actividades flagelan los derechos de los ciudadanos a vivir en armonía y equilibrio ecológico.
Por su parte, Nancy Aguilar, habitante de Cabudare Centro, manifestó que tiene años luchando para que los dueños de los talleres y caucheras que tiene como vecinos, se muden a un espacio propio o regularicen sus actividades dentro de las normativas vigentes.
-La anarquía en esta ciudad es algo ya común para muchos, pero para otros tantos es sinónimo de atraso, sostuvo Aguilar.
Los espacios no son los idóneos
En un recorrido realizado por la ciudad se pudo apreciar que la mayoría de estos talleres, tarantines, ventas ilegales no cuentan con espacios idóneos para sus labores, incumpliendo con la mayoría de los artículos de la ordenanza.
Salguero recalcó que los artículos son bien explícitos y claramente indican que cualquier actividad se debe realizar acatando las normas, sin atentar contra el bienestar de los ciudadanos y los espacios públicos.
Presente en todas partes
A juicio de Salguero, la economía informal existe en todas partes del mundo, pero tienen normativas que imponen la forma de desarrollar esta actividad.
Destacó que el principal cooperador de la economía informal, que ha tomado las aceras y los espacios que corresponden a los ciudadanos, es el Gobierno local, con una política de espaldas a las leyes y al pueblo mismo.
-Pareciera que hay temor de tomar medidas para poner orden a la reinante anarquía, remarcó el ex parlamentario municipal.
A los ciudadanos de a pie, sentenció, se les priva del derecho de transitar libremente.
Los avisos publicitarios y los conos de prevención, también figuran entre los nuevos invasores.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua