La Corte Suprema estadounidense dio este jueves una formidable victoria al presidente, Barack Obama, al avalar su reforma sanitaria, tras sentenciar que es constitucional exigir a todos los ciudadanos que contraten un seguro médico.
La más alta jurisdicción del país emitió la decisión judicial más esperada de las últimas décadas, y sacudió así la carrera presidencial de forma imprevisible.
De los nueve magistrados de la Corte, cinco se pronunciaron a favor de la constitucionalidad de la gran mayoría de la Ley de Salud Asequible (ACA), entre ellos el presidente John Roberts, cuyo voto resultó decisivo, y cuatro en contra.
La mayoría de la Corte Suprema decidió que sancionar a los estadounidenses que no compren un seguro médico puede ser considerado como un nuevo impuesto, y que el Congreso tiene potestad para ello.
«La Constitución permite un impuesto de ese tipo, y no nos corresponde prohibirlo, o juzgar si es adecuado o justo», dijo Roberts en la sentencia de la mayoría.
«La Corte impone un impuesto cuando el Congreso rechazó deliberadamente un impuesto», criticó uno de los jueces disidentes, Anthony Kennedy, que pidió junto a tres colegas conservadores que la ley fuera abolida enteramente.
Los sondeos indican que una ligera mayoría de estadounidenses rechazan esa obligatoriedad, aunque otros aspectos de la ley, como los chequeos médicos gratuitos a cargo de las aseguradoras, son bien recibidos.
La mayoría de los magistrados votaron también a favor de imponer límites a la ampliación del programa de sanidad pública Medicaid, que cubre las necesidades médicas de 16 millones de pobres en el país, por considerar que supone una carga excesiva sobre los Estados.
A partir de esta histórica sentencia, todos los estadounidenses deberán obtener un seguro médico antes de 2014 bajo pena de sanciones financieras.
«Más allá de la política, la decisión de hoy (jueves) fue una victoria para las personas en todo el país cuyas vidas ahora están más seguras», declaró un sonriente Obama en la Casa Blanca.
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