El Gobierno puede seguir endeudándose, particularmente en moneda local, sin descartar emisiones de bonos denominados en dólares, para ayudar a sostener el control de cambios vigente.
Sólo en el primer trimestre, el Ministerio de Finanzas colocó el doble de la deuda prevista en bolívares y destinó la mayoría de los recursos a planes gubernamentales, disminuyendo el ritmo de las emisiones de bonos en dólares, lo que le deja espacio para el segundo semestre.
De hecho, Chávez argumentó que tanto el Gobierno como PDVSA, el brazo de financiamiento de sus programas sociales, tienen espaldas suficientemente fuertes como para seguir endeudándose, dado que la relación de la deuda pública con el PIB es de apenas un 20 por ciento y el país tiene las mayores reservas de petróleo del mundo.
Sin embargo, esas medidas terminan pasando la cuenta. De acuerdo con Barclays, el auge del gasto público dispararía el déficit fiscal a un récord de un 18,8 por ciento del PIB este año.
Ello se suma a un salto de la deuda externa, que según Barclays treparía a 149.000 millones de dólares para fines del 2012, desde 44.800 millones de dólares en el 2006, cuando concluyó el anterior mandato de Chávez.
Las importaciones totales de Venezuela totalizaron 13.190 millones de dólares en el primer trimestre, ritmo que de mantenerse en el año reportaría una factura de casi 53.000 millones -un máximo récord-, lo que le exige cada vez más al petróleo para evitar un déficit de cuenta corriente como el que hubo en la última recesión.
«Es probable que los profundos desequilibrios fiscales se corrijan a principios del 2013 a través de una devaluación posterior a las elecciones», dijo Bank of America Merrill Lynch en una nota a clientes.
Los economistas ven una devaluación del bolívar desde su actual precio oficial de 4,30 unidades por dólar a más de 6,5 unidades, mientras que han bajado sus previsiones de crecimiento a niveles cercanos a cero para el 2013
«Este camino fiscal no es sustentable y se necesita una fuerte corrección (…) El único ajuste posible para la administración es una devaluación significativa de la moneda, que tendría un efecto de contracción en la economía», dijo Barclays.