La campaña electoral por la presidencia de México concluye el miércoles con el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) al frente de las preferencias, una posición que ha mantenido a pesar de los embates de sus rivales que advierten un posible retorno al poder de un grupo que consideran corrupto y autoritario.
Tres meses después de iniciada la campaña, los cuatro candidatos presidenciales realizan el miércoles los últimos actos proselitistas previos a la jornada electoral del domingo a la que están convocados cerca de 80 millones de electores para elegir al sucesor del presidente Felipe Calderón.
Por ley, los candidatos no pueden hacer actos proselitistas tres días antes de la elección.
Encuestas divulgadas el miércoles –también el último día para dar a conocer sondeos– señalan que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, se mantiene a la cabeza de la intención de voto, seguido de Andrés Manuel López Obrador, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de Josefina Vázquez Mota, del oficialista Partido Acción Nacional (PAN).
En todos los sondeos aparece en un lejano cuarto lugar Gabriel Quadri, candidato del minoritario Nueva Alianza.
«A menos que estuvieran equivocadas todas las encuestas… o que todos (los encuestadores) estuvieran absolutamente vendidos y hubieran puesto ese resultado a sabiendas de que López Obrador estaba arriba, seguramente ganará Peña», dijo a The Associated Press José Antonio Crespo, analista del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Un sondeo del diario Reforma señaló que un 32,2% favorecería con el voto a Peña Nieto, 24,1% votaría por López Obrador y un 18,8% por Vázquez Mota.
La encuesta se realizó del 21 al 24 de junio a 1.616 adultos en todo el país con un margen de error de 2,7 puntos porcentuales.
Otra encuesta, de la empresa Buendía & Laredo para los diarios El Universal y The Dallas Morning News, señaló que un 41,2% votaría por Peña Nieto, seguido de López Obrador con 23,8% de las preferencias y Vázquez Mota en tercero con 20,6%.
El sondeo se realizó del 22 al 24 de junio a 2.000 adultos en todo el país con un margen de error de 2,5 puntos porcentuales.
El PRI busca recuperar la presidencia que por primera vez perdió en el año 2000, luego de siete décadas de gobiernos continuos.
El coordinador de la campaña presidencial del PRI, Luis Videgaray, dijo el miércoles en MVS Radio que todas las encuestas dan a Peña Nieto como favorito.
«Enrique Peña Nieto se ha mantenido de principio a fin claramente al frente de las preferencias electorales», señaló.
En la misma estación radial, Ricardo Monreal, coordinador de la campaña de López Obrador, dijo que «la historia nos demuestra que las encuestas han fallado» y señaló que está convencido que el izquierdista ganará.
Para Crespo, la ventaja del PRI parece explicarse más por los errores y desaciertos de sus rivales del PAN y PRD, que por méritos propios. `
`Lo que explica el regreso del PRI no es tanto que se quiera que el PRI regrese, (sino) es el fiasco que representó el PAN y que el PRD se equivocó de candidato», dijo.
El PAN ha sido blanco del ataque de sus opositores porque durante el gobierno del presidente Calderón no pudo contenerse la violencia del narcotráfico.
Además, la campaña, de su candidata comenzó en medio de algunos incidentes desde un tropezón verbal al decir que uno de sus planes de gobierno era «fortalecer el lavado de dinero», cancelar encuentros por una protesta e incluso sufrió un mareo en un encuentro con activistas que la llevó a interrumpir su discurso y que generó cuestionamientos sobre su salud.
El PRD, por su parte, llegó a la campaña con López Obrador que repitió en la candidatura presidencial de la izquierda al imponerse en una encuesta al alcalde capitalino Marcelo Ebrard, visto por algunos como un político más conciliador.
Pero a pesar de iniciar en tercer lugar, López Obrador logró avanzar y llegar hasta un segundo lugar, aunque en las últimas semanas comenzó a asumir una actitud que para Crespo fue errónea, al anticipar que podría ser víctima de un fraude, lo que ha revivido temores de que igual que ocurrió en 2006 no acepte su derrota y lance una serie de protestas.
«Me parece que fue un error muy grave, (y) de habérselo ahorrado pudo haber seguido creciendo», consideró el analista.
