Hasta entonces los periodistas de nuestro país tenían como su día el 24 de octubre, porque recordaban la primera edición de La Gaceta de Caracas, registada en 1808. Ya en los años 1810 y 1811, cuando prendió la fiebre de la Independencia, surgieron algunos periódicos como El Semanario de Caracas, El Patriota Venezolano y El Mercurio Venezolano y otros.
Pero, el 27 de junio de 1818 se publicó el primer número de El Correo del Orinoco, que tuvo 128 ediciones hasta el año 1822, dirigido por El Libertador, Simón Bolívar.
En esta ocasión, EL IMPULSO ha considerado oportuno traer las declaraciones de cinco prestigiosos profesionales del periodismo que semanalmente aparecen en las páginas de opinión de este matutino.
Sus palabras constituyen una viva demostración de que el periodismo es una actividad dinámica, riesgosa y fielmente comprometida con la verdad, porque en su búsqueda no hay descanso.
Juan Páez Ávila:Hoy el periodista es un profesional completo
Ya estoy retirado de la docencia del periodismo, pero puedo asegurar que en estos momentos los comunicadores sociales que están egresando de las universidades están tan bien preparados que son unos profesionales completos.
Tal aseveración es formulada por el profesor Juan Páez Ávila, ex director de la Escuela de Periodismo de la UCV, novelista, articulista y conferencista.
Los estudios que están recibiendo están acordes con los avances tecnológicos y, por consiguiente, salen con una preparación suficiente para manejar todos los aparatos técnicos que existen en lo relacionado con la comunicación social.
La Escuela de Periodismo, que comenzó a funcionar en 1946 en la UCV, se ocupaba generalmente del mundo literario, político y de opinión, porque eso era precisamente lo que llamaba más la atención en aquella época.
Claro está, han cambiado las cosas en el mundo, porque se han experimentado avances en todas las disciplinas.
Ahora ya no existe una Escuela de Periodismo sino de Comunicación Social, que es tecnológica, más pragmática.
La época que estamos viviendo ha traído una serie de instrumentos que obligatoriamente deben ser conocidos y manejados por quienes ven en la comunicación social su campo de actividad.
Considero que éste es uno de los mejores momentos del periodismo venezolano, porque el periodista ya no es solamente el profesional que se ocupa de informar lo que acontece todos los días, sino que tiene capacidad para investigar a profundidad para interpretar los acontecimientos a plenitud y tener criterio propio.
Un aspecto importante que debemos destacar es que el periodista jamás puede ser un ser sumiso, sino todo lo contrario: independiente, consciente, dispuesto en todo instante a decir lo que piensa, a buscar la verdad y a defender los derechos de todos los ciudadanos.
Además, hoy día, como ocurre en otras profesiones, la comunicación social interesa a las mujeres y tanto en los medios impresos como en la radio y la televisión han demostrado ser competentes, muy responsables y ejercen la profesión con probidad. Tenía razón el periodista y escritor Albert Camus al decir que éste es el oficio más maravilloso que existe.
Alberto Jordán Hernández: Gran auge en la provincia
El periodismo en la provincia venezolana ha tenido un gran desarrollo en el curso de las últimas tres décadas porque antes estaba arrollado por los grandes diarios de Caracas.
Así lo expresa Alberto Jordán Hernández, quien además de haber trabajado en diarios del interior y de la capital de la República, es abogado.
Hoy día, ese periodismo que se hace en los estados ha cobrado un gran auge y ya no sólo hay un diario en los estados, sino que hay dos o más en cada entidad federal.
EL IMPULSO, por ejemplo, ofrece no solamente la información de la ciudad, sino del estado, del resto del país y del exterior, lo que significa que diarios como éste son muy completos.
Además, hemos visto cómo los medios audiovisuales han tenido un desarrollo extraordinario, no imaginado hace treinta años, cuando eran muy pocas las emisoras de radio y las televisoras que se ocupaban de ofrecer información a los oyentes.
Aparte de Caracas, sólo Maracaibo y Valencia tenían unos canales. En estos momentos, en cada uno de los estados hay plantas de televisión y, por supuesto, son muchas las radios que funcionan cabalmente.
Ha surgido la prensa comunitaria, por la cual tanto luchamos los periodistas por considerar que no sólo tenían derecho a proporcionar información los grandes medios; sin embargo, estimamos que la función de esa prensa debe ser regida por los principios fundamentales de la Ley de Ejercicio del Periodismo; es decir, proporcionando una información lo más equilibrada posible y no sesgada.
No podemos obviar el desarrollo que ha tenido la profesionalización de los periodistas, por cuanto antes sólo la Universidad Central de Venezuela tenía una escuela para esa especialidad. Hoy existen aproximadamente 50 escuelas de comunicación social en todo el país, lo que demuestra que existe un gran interés en los jóvenes por trabajar en el campo comunicacional.
Y el hecho más interesante es que ningún país, yo me atrevería a decir del mundo, que contemple el derecho a la información como el de la Constitución de la República Bolivariana, en cuya elaboración participé como constituyente. Son 13 artículos.
Desde luego, nuestra profesión es muy riesgosa todos los días.
Lenín Valero: El riesgo está latente en cada instante
El periodismo es hoy una profesión que comporta muchos riesgos, ya que quienes deben hacer diarismo están expuestos a persecusiones, maltratos, agresiones y hasta perder la vida a manos de sicarios, narcotraficantes o soldados.
Quien describe ese cuadro es Lenín Valero, quien fuera corresponsal de guerra, además de reportero en Maracaibo y llegara a ser director de Información de la gobernación del Zulia.
La realidad más preocupante es la de los gobiernos militaristas, por cuanto éstos tienen el control de todos los poderes y, en consecuencia, actúan sin límites, no importándoles la vida de nadie.
Ese tipo de régimen se caracteriza por amedrentar, aterrorizar y hasta asesinar a las personas que no comparten sus ideas.
Como tienen el control sobre las vidas y los organismos, pueden establecer leguyelismos para hacer aparecer como legales hechos que no lo son .
Cuando yo estuve en Irak, durante el mandato de Hussein, viví una experiencia imborrable porque estuve a punto de ser asesinado por un soldado que me apuntó en la frente con su fusil.
Todo ocurrió cuando estuve en una base aérea que tenía hangares subterráneos y contaba, además, con energía solar.
Vi muy cerca de mí un Mig 29, de fabricación rusa, y me dispuse a tomar una foto del aparato porque este tipo de avión portaba una ojiva nuclear.
Un soldado me hizo señas para que no disparara la cámara fotográfica y en pocos instantes me rodearon los militares, pidiéndome que entregara la cámara.
Les dije que no podía hacerlo porque esa cámara pertenecía al periódico donde trabajaba y les di el rollo velado. En Panamá, durante el gobierno de Manuel Antonio Noriega, me quitaron el pasaporte por tres días y tuve que huir del país en un vuelo a Colombia, ya que había burlado la seguridad al irme al Comando Sur de los Estados Unidos, que preparaba llevarse al mandatario a aquel país.
Y en El Salvador, al hallarme a bordo de un helicóptero artillado, fuimos atacados por guerrilleros entre el aeropuerto y la ciudad de San Salvador. Yo les decía al piloto y al copiloto que no dispararan y elevaran el aparato, pero los militares persistían en contraatacar.
Los riesgos de los periodistas se producen a cada momento.
Fotos: Ricardo Marapacuto
