Los gremios más combativos de la principal central sindical argentina realizaban el miércoles un paro nacional con movilización en reclamo de distintas demandas laborales, en lo que constituye un abierto enfrentamiento con la presidenta Cristina Fernández.
Hugo Moyano, líder del sindicato de los camioneros y de la Confederación General del Trabajo (CGT), encabeza la protesta, la primera de este tipo desde que el kirchnerismo llegó al poder en 2003.
A la huelga se adhirieron los sectores de transporte de mercancías, de combustibles, de larga distancia, de recolección de basura, de materiales peligrosos y de caudales, bajo la órbita del sindicato de camioneros.
Además fueron a la huelga los peones rurales, pilotos aeronáuticos, trabajadores portuarios, textiles, municipales y judiciales y los empleados de gasolineras. En tanto, la adhesión de los docentes era baja.
Una de las principales demandas es que el Ejecutivo aumente el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias que se aplica a los salarios, un viejo reclamo de Moyano para que mejore el poder adquisitivo de los trabajadores ante una inflación anual de 25%.
n tanto, el personal bancario tampoco fue a la huelga pero sí participará en la movilización a la Plaza de Mayo frente a la casa gobierno a la que convocó el líder sindical.
Moyano dará un discurso desde un escenario montado de espaldas al palacio presidencial que promete ser muy crítico con la mandataria, a la que ha acusado en más de una ocasión de no ser fiel a la ideología peronista.
Miles de camioneros se congregaban en la Plaza de Mayo desde horas tempranas con carteles que rezaban »El salario no es ganancia» y reclamando que los subsidios que reciben desempleados y trabajadores con bajos ingresos o informales por sus hijos sean extensibles a todos los empleados.
El jefe del gremio de los empleados judiciales, Julio Piumato, criticó el miércoles a Fernández por haber atribuido la víspera una posición »golpista» a la marcha a Plaza de Mayo.
En tanto, cientos de camiones y autobuses de larga distancia estacionaron en las principales avenidas de la capital impidiendo la circulación.
En la actualidad los trabajadores que pagan ganancias son los solteros con sueldos a partir de los 5.782 pesos (1.280 dólares) y los casados que superan los 8.000 pesos (1.766 dólares) mensuales.
Moyano afirmó el martes que el mínimo no imponible para el impuesto a las ganancias debería fijarse entre los 14.000 y los 18.000 pesos (entre 3.100 y 3.400 dólares). Algunos sectores de la oposición, en tanto, reclaman una reforma tributaria que exima del pago del impuesto a las ganancias a los trabajadores y lo aplique a sectores hasta ahora exentos como la minería, el juego y servicios del sector financiero.
Grandes gremios de la CGT que mantienen fuertes pujas de poder con Moyano dentro de la central sindical y no acataron la huelga manifestaron su apoyo a Fernández al considerar que ha ayudado a mejorar las condiciones de los argentinos con menos ingresos. Se trata de los gremios de la salud, la metalurgia, la construcción, los docentes particulares y los mecánicos.
La mandataria ha pedido a los trabajadores responsabilidad en sus reclamos en medio de una crisis internacional que está afectando la economía del país. En la víspera, fustigó a Moyano y señaló que no hará cambios en su política impositiva.
»Yo siento como presidenta que el mundo está al borde del Titanic… Este bote en el que está la Argentina y que está aguantando la tormenta con todo, lo hemos construido nosotros. Y veo que los principales beneficiarios de ese proyecto están tratando de pinchar el bote con la lógica del escorpión», dijo Fernández.
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