Una protesta despertó al oeste de Barquisimeto, específicamente en la avenida Las Industrias, muy cerca de la conocida Circunvalación Norte. Los vecinos de Moyetones, una barriada cercana a estas importantes vías, reclaman el derecho a la vivienda, el cual estaría siendo vulnerado por una dirigente vecinal de apellido Matheus.
Al parecer, 28 casas fueron aprobadas por la Alcaldía de Iribarren; 20 de esa cantidad ya están construidas pero fueron asignadas a personas ajenas a la comunidad. «Dejaron por fuera a las personas discapacitadas, con largos años en el barrio y a quienes tienen muchos hijos», declaró la habitante Ingrid Jiménez, vocera del consejo comunal Moyetones I.
A las 7.00 de la mañana, decidieron cerrar el paso en ambos sentidos, en la vía que conduce a Pavia, otra importante barriada de la parroquia Juan de Villegas, exigiendo un representante del Instituto Municipal de la Vivienda. Sólo efectivos de la Guardia nacional se hicieron presentes. La manifestación comunitaria duró hasta después de mediodía.
«La señora Matheus no consideró a las familias que verdaderamente necesitan su vivienda. Estamos indignados al ver cómo esa mujer utiliza sus influencias con el gobierno municipal para entregar las casas a sus conocidos y demás allegados. Moyetones reclama sus viviendas», dijo la manifestante. Guaderling Flores, otra de las vecinas, expuso que hacer entrega de las casas a «desconocidos» no es una solución habitacional. Todo lo contrario. Habló por las madres que tienen hasta cinco hijos viviendo en reducidos ranchos de zinc a causa de la falta de viviendas.
Por otro lado, mencionó que no ha sido respetado los censos o registros de los consejos comunales donde queda constancia de cuáles hogares tendrían prioridad. De allí la molestia y preocupación entre quienes hace vida comunitaria a este lado de la ciudad.
El fin de semana sin agua
Asimismo, la protesta de los vecinos se debió al bote de aguas blancas que existe en la avenida principal de Moyetones, desde hace mes y medio, ocasionando problemas en el servicio. De los grifos sale poca cantidad desde que ocurrió el desperfecto en las tuberías. El fin de semana no hubo agua.
Los reclamos ya fueron hechos a Hidrolara, sin embargo, hacen caso omiso a la irregularidad. El vital líquido se desperdicia a diario, pese a las notificaciones hechas a la hidrológica. De continuar sin agua, los vecinos no tendrán otra opción más que contratar a cisternas.
Entre siete y diez bolívares, cuesta una «pipa» o recipiente para abastecer a una familia de máximo cuatro integrantes. «Somos familias de escasos recursos económicos, apenas tenemos lo necesario para comer y, comprar pipas semanalmente, nos afectaría», expresó el vecino José López.
Además del agua malgastada, están las consecuencias que deja la constante humedad en el pavimento. En el tramo afectado por el daño en las tuberías de aguas blancas, el asfalto está cada vez peor. Los huecos se hacen más grandes, perjudicando a los conductores de la zona.
Saneamiento de la quebrada
Otra de las dificultades que atraviesa la comunidad, es la quebrada que separa a Moyetones y una empresa de cemento pre-mezclado ubicado en la Zona Industrial III, repleta de malezas y causante de terribles olores.
Cuando arrecia el sol, la fetidez se vuelve peor, afectando incluso la salud de los residentes. Pérdida del apetito, lesiones en la piel, dolor de cabeza, entre otros malestares, agobian a los vecinos más cercanos al buco.
En este sentido, solicitan el saneamiento de la quebrada a la Empresa Municipal de la Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) y también al Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar) a fin de que envíen cuadrillas de limpieza que pongan fin a la lamentable situación.
Sin duda, la insalubridad gana terreno en el sector, por esa razón, plantean que sea entre las dos instituciones como realicen el mantenimiento, debido a la gran contaminación que se siente en este punto del vecindario.
Comunidad somos todos
Entre las consignas que pronunciaron este lunes en la protesta, resaltó: «Comunidad somos todos». El hecho de que las viviendas asignadas a la comunidad de Moyetones, terminaran en manos «de quienes no la necesitan», como lo expresó la vocera del consejo comunal del sector uno, Ingrid Jiménez, fue lo que ocasionó mayor conmoción.
Antes de finiquitar la construcción de una vivienda, las familias son sometidas a un estudio socio-ecónomico para determinar si, efectivamente, necesita la casa. No obstante, en este caso, dicho estudio aparentemente quedó desplazado.
«Están pasando por encima de los hogares previamente censados y tampoco respetan el trabajo que venimos realizando los consejos comunales, al considerar a los grupos familiares más necesitados. Otorgan viviendas a quienes ni siquiera optaban por ellas. Entendemos que todos tenemos derecho a una casa digna, sin embargo, hay que respetar los canales regulares», sostuvo.
Crecen las invasiones
Prueba de la dura crisis habitacional que afecta a la comunidad Moyetones, al igual que a numerosos sectores populares de la ciudad, es la toma de un terreno que ocurrió hace menos de tres meses, en el sector dos de la barriada.
Una considerable extensión de tierras, de una empresa privada de la Zona Industrial II, fue tomada por un grupo de vecinos, desesperados por una pronta solución habitacional.
Se trata de una realidad lamentable que, de no ser atendida, podría desmejorar aún más la calidad de vida de los barquisimetanos.
Fotos: Jairo Nieto