Un Tribunal para obedecer (Parte II)

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En nuestra entrega anterior afirmábamos el innegable sesgo político que se aprecia en polémicas decisiones del Tribunal Supremo de Justicia, y nos concentrábamos en el caso PODEMOS-Didalco Bolívar-Ismael García. Hoy revisaremos los sorprendentes –aunque predecibles- giros que tuvo este caso político.
Confiadamente Didalco Bolívar va al TSJ, a su Sala Electoral y pide ser amparado y recuperar la dirección del partido. Para su sorpresa, le dicen que su escrito es confuso, que su denuncia es por irregularidades presuntamente cometidas por las autoridades de la organización, en particular del Secretario General, al no haber convocado un proceso electoral interno para renovar autoridades y no haber consultado a las bases el apoyo al candidato presidencial Henrique Capriles Radonski. Al no invocar derechos constitucionales sino a normas estatutarias, su acción fue declarada inadmisible.
¿Cómo se le ocurre a la Sala Electoral actuar de acuerdo a derecho, respetar las decisiones del Partido y no pensar en las consecuencias de tal desacierto político?
Bolívar insiste en su empeño para recuperar el Partido, en su condición de Secretario General Adjunto, recurre ante la Sala Constitucional y solicita revisión de la sentencia de la Sala Electoral, desatino “jurídico” que impide que el partido postule a Chávez y retirar de la escena a Ismael García para dejarlo sin el Partido para apoyar a Capriles.
La Sala Constitucional sabe que la sentencia de la Sala Electoral es jurídicamente correcta pero políticamente desastrosa. No le queda mas remedio que declarar el recurso de revisión inadmisible, pero nuevamente surge alguien que ilumina a los magistrados que advierten “pudiera haber una potencial lesión” y, la Sala interviene de oficio y revisa no la sentencia sino los alegatos; de acuerdo a lo que “descubre”, suspende los efectos de la sentencia electoral.
De inadmisible el caso pasa a ser admisible y agrega que el asunto afecta el colectivo y debe salvaguardar los derechos de participación, suspende la causa (que nunca admitió) y ordena lo que ya sabemos: nombra una Junta provisional y designa a Bolívar su presidente. Ordena al CNE que se abstenga de aceptar postulación alguna que derive de acuerdos hechos por el partido, y además que, el respaldo a Henrique Capriles queda sin efecto.
Todo quedó arreglado por la Sala Constitucional para que Bolívar en cumplimiento de una sentencia recuperara el Partido y postulara a Chávez.
¿Cómo se llama eso? ¿Dónde quedó la consulta a la base del partido y quien preservó la renovación de las autoridades? ¡Eso no interesa!

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