CARTAS SIN SOBRE LA NIÑEZ DEL

Con este epígrafe, el autor de la columna se propone dar a conocer una materia, como ya se ha dicho, bastante nueva; tal es el conocimiento de la causa del subdesarrollo de la América Latina, descubierta por el psiquiatra Herrera Luque hace mas de medio siglo, la cual consiste en una herencia que nos viene de la conquista. Ha de suponerse que esa causa hereditaria tiene sus efectos o consecuencias en la mente, en los comportamientos, en las actitudes de los individuos, es decir, en la personalidad de cada uno, o lo que es lo mismo, en las expresiones psicológicas. La herencia pues, es un morbo enfermizo de la mente. La demostración mas grave de los comportamientos está en la personalidad. Es en ella donde el psiquiatra concentró su investigación. Es eso por lo que no se extiende con amplitud en los problemas sociales y económicos, los cuales también son efectos de los comportamientos, pues la mente lo influye todo. Un país que haciendo honor a los propósitos de los gobernantes, al denodado esfuerzo puesto a prueba para ir adelante, y sin embargo el balance de las gestiones políticas es pobre, y no las satisface ni tampoco los anhelos de sus ciudadanos, está demostrando los efectos de sus males heredados. Esta afirmación tiene sus evidencias en la extendida pobreza y en la manifiesta incomprensión de los escenarios políticos. Si de los estudios del psiquiatra aprendemos que la criminalidad es producto de una enfermedad mental, o sea de las psicopatías, entonces por analogía, las intemperancias y los conflictos menores, así como los fracasos en las políticas públicas y la ineficiencia de los gobiernos, tienen su causa en las incapacidades de la mente. Por tanto debemos concluir en que la problemática del país principalmente, es de origen mental. Una nueva perspectiva, y de cara a la idea de la refundación del país, los estudios del psiquiatra estarían concretando el porvenir en un amplio prospecto de terapias psíquicas de la sociedad. La primera recomendación debería salir de la base pedagógica con la ideación de las soluciones. El lector ya irá captando porque el psiquiatra dice que Venezuela es “una sociedad perturbada”, es decir, que así como la criminalidad tiene su causa en las psicopatías o neurosis heredadas, igualmente, y por causa de la misma herencia, tales neurosis afectan la mente de los venezolanos en distintos grados de intensidad. El más grave de esos afectados, es el criminal; y por tanto la mas generalizada de esas afectaciones es un trastorno que perturba a los individuos, pero sin que ellos se den cuenta, de tal manera que no son capaces de ser eficientes como exitosos frente a la vida; uno de sus mas comunes errores es su falta de método, otro la dificultad de raciocinio para jerarquizar sus valores, para establecer en sus proyectos las previsiones de lo que ha de ocurrir primero, en otras palabras, que se equivocan en el orden de sucederse los acontecimientospara cuadrar y ajustar sus planes de vida. En otros casos dan por segura la llegada de un logro aun cuando se proyecte entre muchas incertidumbres. Siendo abundantes esas aparentes insignificancias, porque es lo que caracteriza a nuestra raza; allí está la causa del atraso o subdesarrollo de toda América Latina. Las creemos insignificantes, y sin embargo ser previsivo ante ellas, esa es la base del progreso. Pero como de ellas adolecemos la mayoría y caemos ingenuamente, es a esos comportamientos a los que debemos el calificativo de “inmadurez”. Y si reiteramos lo dicho en otras líneas, reafirmaremos que inmaduros son los jefes de familias que construyeron sus casas en el lecho de antiguas quebradas, en rellenos, en laderas y cerros deleznables sin el oportuno consejo. Y del mismo modo, inmaduros son los funcionarios públicos y privados que participaron de una o de otra manera en la autorización de las instalaciones para proveerles los servicios públicos. He aquí la responsabilidad política de quienes como jefes o subalternos, constituyen los equipos asesores y ejecutores de los gobiernos. El científico psiquiatra venezolano viene entonces a situarse en el vértice bicentenario del destino de Venezuela, con su descubrimiento de ser esta una sociedad perturbada por una inmadurez mental.