Cerca de un millón de venezolanos han sido mudados a otros centros, por lo general, distantes y chavistas. Esta gente no votará, pero quizás alguien vote por ellos. Así como lo lee, pues la empresa encargada de cedulación en Venezuela es cubana y tiene capacidad para otrogar dos o más cédulas a los «promotores» revolucionarios. Gracias a ellos, mi primo maracucho, que ahora vive en Miami, podría aparecer votando en Guasdualito… claro, votando por Chávez.
Hasta las últimas elecciones existían al rededor de 32.000 mesas electorales en el país y la oposición, en su mejor momento, tuvo testigos en 80% de las mismas (Súmate, Esdata y otras ONG’s lo ubican en torno al 70%). Este año, el CNE ha creado cerca de 9.000 mesas más. Muchas estarán ubicadas en refugios, organismos del gobierno, zonas rurales apartadas o serán «itinerantes». Aun contando con todos los partidos, cubrir con testigos el 100% es un reto inmenso.
En cuanto al REP, «sólo sé que no sé nada». No se audita desde que tenía unos 13 millones y ya vamos por 19 millones de votantes (?y el censo cuánto dio?) !Ah, pero a los ilegalmente nacionalizados, doble inscritos y muertos vivos, los conoce bien el Rector Jorge Rodríguez o, mejor, el Jefe de Capaña, Jorge Rodríguez!
Pero no alcanza el artículo para degustar todos deliciosos «guisos» que prepara el CNE. Diré, entonces, que el Comando Venezuela conoce la realidad y, hasta ahora, ha escogido eludirla (como el asunto de las nuevas captaueyas). Están cavando su propia tumba al tratar de convencer a los venezolanos y al resto del mundo de que el voto es seguro, so pretexto de no causar abstención. Mis estimados, Capriles está haciendo un gran esfuerzo y su campaña ha mejorado mucho, pero, si no exige condiciones electorales justas, los «Honorables Rectores» lo harán perder. Les juro que si mi país no dependiera de ello me quedaría callado, pero mi democracia también se juega el 7-0. «Cachicamo no trabaja pa’lapa» y, al menos yo, no convalidaré al CNE.