Ya es común para los habitantes de El Placer ver los camiones de la Empresa Socialista Lácteos Los Andes, cargados de desechos sólidos, adentrándose al sector El Horno, para incinerarlos en un vertedero improvisado al margen de las leyes y de la mirada complaciente de algunos vecinos.
Dos viajes diarios al vertedero realizan estos camiones y los fines de semana hasta cuatro, aseguran habitantes de la zona rural de Palavecino.
Los automotores atiborrados de envases plásticos de jugos, leche y otros productos vencidos o defectuosos, se dirigen a El Horno, atravesando una vereda de un kilómetro surcada por aguas del Sistema de Tratamiento de Disposición Final de La Puerta, que utilizan para riego, donde en un descampado se creman estos desechos.
Vertedero a cielo abierto
En el improvisado vertedero, existen varias estructuras de carros incinerados, muchas partes de automotores como capós, puertas y numerosos parabrisas.
Una maquinaria también yace en el tenebroso y contaminado lugar, en donde también se divisan montañas de botellones quebrados.
Pero sin duda, los humeantes envases revelan como propietarios a Lácteos Los Andes, desechos que no terminan de cremarse, cuyas columnas de humo emanan olores contaminantes.
A dos años de denuncias
Son cerros y toneladas de basura dentro de la Zona Protectora del Valle del Turbio, por los cuales la Empresa Lácteos Los Andes debe responder, dijo un campesino de la zona quien pidió no ser identificado «porque el mismo consejo comunal ha permitido que vengan hasta aquí a botar esa basura».
EL IMPULSO, al conocer la situación, desde hace dos años ha acudido al improvisado basurero, pero la crítica situación persiste y los vecinos de El Horno, El Mayal, El Placer y El Tamarindo, continúan denunciando.
Posición oficial
En una oportunidad, este medio emplazó al presidente del Instituto Autónomo de Servicios Municipales, respondiera por esta ilegal actividad. Respondió que la desconocía y reveló que Lácteos no tenía contrato con Iasmupal. El caso será consignado por el diputado Lorenzo Monasterios ante las comisiones de Ambiente
Foto: Luis Perozo Padua