El General Daniel Florencio O’Leary, irlandés de nacimiento, pertenecía al grupo selecto de personas europeas que sintieron simpatías por la lucha que en América Latina encabezaba el Libertador Simón Bolívar, por tal motivo formó parte de los ejércitos libertadores de nuestro continente.
La monumental obra del General O’Leary entrega a los historiadores y estudiosos de Bolívar sus memorias, que cuentan sobre su vida, pensamiento, acción y obra. Ellas son el más grande monumento erigido por la inteligencia, el estudio y la verdad histórica a la gloria del Libertador.
O’Leary fue nombrado primer edecán del Libertador el 17 de septiembre de 1819 y lo acompañó hasta su muerte, según escribe el General C, que escribiera su vida. El General O’Leary escribió: «Tuve la fortuna de merecer de mi ilustre jefe la amistad que fue recíproca y duró mientras vivió, hasta que, destrozado el corazón y bañado el rostro de lágrimas, vi bajar sus restos mortales a humilde fosa en la Catedral de Santa Marta.
En las memorias del General O’Leary encontramos algunos relatos interesantes sobre los últimos momentos del Libertador. «Desde las dos cartas después de la enfermedad en Pativilca, una a Sucre y otra a Santander, donde ya recuperado del grave cuadro nosológico que padeció,le dice al Gran Mariscal que está convaleciente. «Me siento muy cansado, viejo y no tengo nada que esperar de mi suerte», y a Santander le escribe: «Mis años, mis males y el desengaño de todas las ilusiones juveniles, no permiten decidir ni ejecutar otras resoluciones».
Además escribe a su hermana María Antonia el 12 de diciembre de 1825: «Procuren conservar la fortuna porque a ustedes les puede fallar cuando menos lo piensen, pues de un momento a otro puedo morir». Sin embargo, como su enfermedad que ignora su naturaleza, tiene etapas de aparente buena salud y otras de recaídas.
Bolívar durante 1827 y 1828, después de haber disfrutado su vida social, redacta una carta a Santander: «Yo me canso con una facilidad extraordinaria». En 1827 le escribe a Restrepo: «Estoy muy cansado, mi querido amigo, y ya no puedo soportar el peso del servicio público». (Carta a José M. Restrepo, 6 de marzo de 1827).
En carta a José Fernández Madrid se refiere a que los problemas del Gobierno en sus aspectos políticos le provocan cansancio y malestar general sin características definidas y por otro lado sus esfuerzos pasados han agotado su energía.
En 1831, después de la muerte del Bolívar, el general O´Leary, en su destierro jamaicano se dedica, con aquella su tesonera voluntad y devoción bolivariana a recopilar y ordenar su archivo y comienza la redacción de sus memorias, publicadas por su hijo, Simón Bolívar O’Leary, bajo el título de «Memorias del general O´Leary».