«Para ser realmente grande hay que estar con la gente, no por encima de ella» Montesaquieu. Construir conocimientos en las Ciencias Sociales, es una de las tareas más difícil para un docente, por las implicaciones que ella requiere desde la perspectiva científica social, que en ella debe abordarse, hasta el compromiso de la carga ideológica que promueven las instituciones estructurantes como son las Universidades para lograr un individuo (estudiante en este caso) con una visión plural, crítica y auto reflexiva, y luego puede cumplir su función ante la sociedad de sujeto activo en un mundo globalizado. Las Universidades desde sus primeros inicios, las Academias de Platón en el año 388 a.c, hasta la época medieval en Europa en entre los siglos XII y XIII, han ido evolucionándose y convirtiéndose en los requerimientos que las sociedades apremian para el desarrollo del hombre.
No es la Universidad la misma de Platón, la del Medioevo, de la Era Industrial, La Moderna y ahora la Posmoderna. Algunos estudiosos de la Sociología de la Educación, que es la ciencia que vincula el hecho social con el hecho educativo desde la perspectiva de la socialización, han desarrollado en sus teorías, que la educación no debe convertirse solamente en instrumentos ideológicos para mantenerse en el poder. Marx que no escribió profundamente de la educación pero si lo plasmo con sus ideas en el Manifiesto Comunista, planteaba la necesidad del Laicismo de la Educación, bajo otra perspectiva Pier Bordieu, habla de las estructuras objetivas e independientes de la conciencia y voluntad de los agentes, y las nuevas sociologías de la Educación como J. Habermas le dan un giro mayor a las Ciencias Sociales y Educativas como a un aprendizaje dialógico y comunicativo. Pero como es entonces que en la sociedad del siglo XXI, existan claustros educativos que quieren desarrollar un individuo pasivo, con un pensamiento único, con una visión arqueológica de la forma de ver al mundo, cuando la nueva sociedad que se está gestando es la Sociedad del Conocimiento, donde a mayor grado de preparación de sus hombres, mas es el desarrollo de su sociedad.
Para lograr esto, es necesario que la Educación juegue un papel protagónico, con un educando con gran sentido de competencia, plural ante los cambios sociales, adecuado a los cambios tecnológicos y con una carga profunda de las diferentes evoluciones de los modelos y pensamientos. Las reflexiones anteriores vienen por lo que está sucediendo en la institución formadora de los docentes, la Universidad Pedagógica Libertador-Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL-IPB), donde se está tratando de imponer el pensamiento único, se castiga al Docente reflexivo, plural, proactivo, que piense diferente y se utilizan las vías administrativas (concursos de oposición y otros) para silenciar y callar al que no se adecua a sus arqueológicas ideas.
Ya lo han hecho con los estudiantes, con los grupos represivos de choque que existen para amilanar cualquier pensamiento distinto (oscurantismo) ahora lo están tratando forzadamente en el aula, para que el docente que si puede ser un agente socializador desde lo ideológico, logre un estudiante pasivo en el siglo XXI. ¿Que hacen las Autoridades Universitarias al respecto, los colegas profesores con solvencia moral que hay una gran mayoría, que hace APROUPEL, la comisión de Ética?. ¿Es que creen que la permisividad, lo acomodaticio, el silencio unísono, su «tranquilidad laboral» y el reacomodo familiar dentro de la institución los hará exentos?