Los cerca de tres mil habitantes de El Empedrado no están dispuestos a seguir escuchando promesas por parte de representantes de organismos municipales, regionales y nacionales con respecto a la solución de los problemas más graves que están confrontando y este miércoles decidieron salir a protestar públicamente para llamar la atención.
Lo hicieron cerrando desde las cinco de la mañana la carretera Panamericana, en la salida a la vía hacia la población, a poca distancia del inactivo peaje de La Libertad.
¿Razones para la manifestación? Muchas, aunque existen dos principales como es el estado del tramo de apenas seis kilómetros hacia el poblado y la falta de agua.
Portando pancartas en las que se hacían llamados a la alcaldía de Torres, el MTT y la gobernación para que atendieran el problema, hombres y mujeres se colocaron en medio de la arteria vial que comunica a Lara con Trujillo.
«De aquí no nos movemos hasta que venga alguien del MTT a darnos una respuesta concreta a nuestro justo reclamo», dijo Rosa Canelón, una de las dirigentes del grupo, aunque aclaró que allí todos lo eran porque es un problema que les afecta a todos.
«Nos tienen en un peloteo porque en el MTT dicen que el arreglo es de la gobernación y eso cada día está peor», agregó.
El sacerdote Johnny García, por su parte, explicó que hace unos seis meses el director regional del MTT, Elis Colmenares, les prometió la rehabilitación pero apenas enviaron dos camiones con escombros para tapar un hueco y más nada.
«Nosotros no ganamos para mandar a arreglar los carros, el tren delantero, los amortiguadores, los frenos, hacerles ajustes porque se desajustan todos con tanto hueco», manifestó Marcos Salas, chofer de la ruta El Empedrado-Carora.
Dijo que no está más mala porque ellos mismos pagan para que tapen algunos huecos, responsabilidad de la alcaldía, la gobernación o el MTT, aunque nadie asume esa responsabilidad.
Agregó que cuando Luis Reyes Reyes era gobernador visitó El Empedrado en un helicóptero y al conocer el problema les dijo: «Prometo que en unos dos meses esta carreterita estará arreglada», pero tampoco cumplió.
El otro problema es el del agua, un servicio del cual no disponen los habitantes de El Empedrado.
Marian Mendoza mostró copias de algunos de los documentos introducidos en diferentes organismos.
Informó que el viejo tanque elevado no permite les suministren el líquido vital pues, debido a sus más de 40 años de existencia, tiene demasiadas filtraciones, además del óxido que le cubre, interna y externamente.
«Esa agua no sirve para nada, es puro óxido, y para no morirnos de sed tenemos que comprar cada pipa hasta en 30 bolívares y los tanques en 350 y no es justo porque la mayoría somos familias pobres», expresó Simón Torrealba, también participante de la protesta.
El tanque, con capacidad para 350 mil litros, apenas retiene unos cincuenta por todas las filtraciones o fallas en las tuberías de aducción.
Rosa Canelón dijo que en varias oportunidades les han prometido la colocación de un tanque nuevo pero todo se ha quedado en promesas «y la gente ya está cansada de que le sigan engañando como si fueran unos niños y por eso es que estamos protestando».
En el sitio de la protesta continuaban llegando personas, algunas con recipientes con agua o comida, dispuestos a permanecer allí hasta recibir algo concreto y, mientras tanto, los viajeros, sobre todo conductores de camiones y gandolas, esperaban impacientes una solución que permitiera levantar el cierre.
A las doce llegaron tres funcionarios del MTT, pero sin autoridad alguna para resolver, manteniéndose el cierre hasta prolongada la tarde.
Fotos: Elías Rodríguez
