Ecuador y el Reino Unido entablaron conversaciones el miércoles para buscar una solución al caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refugiado desde la víspera en la embajada del país andino, al que solicitó asilo político para evitar una extradición a Suecia.
Con este lance inesperado, el australiano, de 40 años, violó los términos de su libertad condicional, por lo que se expone a ser detenido si abandona su santuario diplomático, precisó la policía británica.
La embajadora de Ecuador en Londres, Ana Albán, señaló que tuvo discusiones «cordiales y constructivas» sobre la situación de Assange con representantes del gobierno británico durante una reunión esta mañana en el ministerio de Relaciones Exteriores.
Albán informó a sus interlocutores de que la solicitud de asilo político, basada en la declaración de derechos humanos de la ONU, sería evaluada por la cancillería de su país, y de que «no era intención del gobierno ecuatoriano interferir en los procesos de los gobiernos británico o sueco», sino «encontrar una solución justa a esta situación», eclaró en un comunicado.
Por su parte, el ministerio de Relaciones Exteriores británico se limitó a decir que estaba «en contacto» con las autoridades ecuatorianas, un día después de que éstas señalaran que Assange permanecería en la embajada bajo la protección del gobierno ecuatoriano durante la evaluación de su petición.
Assange se hallaba en libertad condicional a la espera de su posible extradición a Suecia como sospechoso de cuatro supuestos delitos de agresión sexual, tras haber agotado los recursos de que disponía en el Reino Unido tras 18 meses de una batalla judicial que comenzó con su detención en Londres el 7 de diciembre de 2010.
Entre los requisitos figuraba el cumplimiento de un toque de queda nocturno entre las 22H00 y las 08H00 locales.
«Hacia las 22H20 del martes la policía fue notificada de que Assange había violado una de esas condiciones. Ahora se expone a una detención», declaró una portavoz de Scotland Yard.
El Foreign Office confirmó que Assange «infringió su libertad condicional», pero precisó que la embajada está «fuera del alcance de la policía».
Ante el edificio, situado en el elegante barrio de Knighstsbridge, además de una treintena de periodistas había también un puñado de simpatizantes del australiano, entre ellas la ecuatoriana afincada en Londres Bélgica Guana.
«Creo que la manera como están tratándole es una cuestión política. Estados Unidos y muchos otros están tratando de silenciarlo», declaró a la AFP.
La acción de Assange se produjo días después de que la Corte Suprema rechazara su último recurso y confirmara que podía ser extraditado a partir del 28 de junio, plazo durante el cual puede recurrir ante la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH).
El exhacker teme que Suecia sea sólo una etapa antes de su entrega a Estados Unidos, país que lo ha investigado por presunto espionaje tras la difusión en WikiLeaks de cientos de miles de cables diplomáticos estadounidenses confidenciales y documentos secretos de las guerras de Irak y de Afganistán.
En la carta que envió al presidente ecuatoriano Rafael Correa en apoyo de su petición, Assange alegó hallarse «en un estado de indefensión» por su posible extradición a Suecia, y por la investigación «por delitos políticos en Estados Unidos, un país donde la pena de muerte por dichas ofensas aún está vigente».
«La persecución de la que soy objeto en distintos países deriva no sólo de mis ideas y mis acciones sino también de mi trabajo al publicar información que compromete a los poderosos», agregó Assange en su carta, cuya traducción al español fue leída a la prensa por el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño.
La madre de Assange, Christine, saludó desde Australia el «último esfuerzo desesperado» de su hijo, al que calificó de «preso político».
Pero en Suecia el abogado de las dos mujeres que denunciaron a Assange por los supuestos delitos, incluida una violación, se mostró convencido de que Ecuador rechazará la solicitud.
«No puedo imaginar que Ecuador le conceda el asilo», declaró el abogado Claes Borgstroem a la agencia sueca TT. «No es más que una nueva tentativa legal para detener o retrasar el examen legal al que debe someterse en Suecia para que se haga Justicia», añadió.
Foto: AP