Hay resistencia a la propuesta que hace la Alcaldía de Iribarren en reubicar a los trabajadores de la economía informal del mercado San Juan. Los buhoneros no quieren irse. Temen que una vez desalojados los vendedores de verduras, en las inmediaciones del llenadero, ahora, desocupen al resto.
«¿Dónde piensan reubicarnos? Hace falta organización y reuniones entre las partes. En la calle es donde vendemos la mercancía, encerrados en un galpón no ganamos lo necesario para el sustento de la familia. La alcaldesa Amalia Sáez, toma medidas sin previa consulta».
Así lo informó el trabajador de la economía informal, Jorge García, y su apreciación es la misma de casi todos los comerciantes. Hay quienes toman como mal ejemplo, los centros comerciales socialistas, donde reubicaron a los buhoneros de la avenida 20.
¿Las razones? No funcionan las escaleras eléctricas, tampoco el aire acondicionado, colapsan las aguas negras con frecuencia, entre otras deficiencias. «No venden nada porque se pusieron a creerle a la Alcaldía; nosotros no vamos a dejar la calle para ir a pasar necesidades y, para colmo, no vender la mercancía», agregó el vendedor Alonzo Briceño.
Por desdicha, la realidad que señalan los vendedores del mercado San Juan, en efecto, sucede en los tres establecimientos socialistas y, en su búsqueda por el sustento familiar, algunos regresan al boulevard de la avenida 20 para recuperar la clientela.
Sólo que desde hace unos meses, el gobierno municipal viene aplicando el decreto 5614 que prohíbe la presencia de vendedores informales en dicha avenida y sus adyacencias.
Hasta tres meses permanecen detenidas las unidades donde transportan las frutas, helados, refrescos, dulces, entre otras cosas, como parte de la sanción.
Comodidad para el cliente
Por su parte, José Flores, con más de 30 años de trabajo en el mercado San Juan, explica que es aceptable la reubicación siempre que garanticen las comodidades para los comerciantes y clientela. Recordó cómo en varias oportunidades, los centros comerciales socialistas han terminado inundados «hasta con una mínima llovizna».
De este modo, pide que el proyecto que tiene en mente la Alcaldía de Iribarren de acabar con la economía informal, «realmente dignifique nuestro oficio, garantizándonos locales amplios, aire acondicionado, escaleras eléctricas, baños, entre otras exigencias que nos hacen los clientes».
Ana Smith, también buhonera, considera prudente que los reubiquen tomando en cuenta que «los clientes prefieren ir a un centro comercial, donde no llevan empujones ni soportan sol o lluvia, antes que venir a visitarnos aquí. Cuando llueve, es prácticamente un día perdido para nosotros».
Fotos: Jairo Nieto
