Jesús Rodríguez, con tres hijas, gana a diario la admiración y afecto sincero de sus más grandes tesoros. Papá, es el susurro más bonito que ha oído, cada vez que le pedían agua por las noches o, simplemente, cuando querían hacerlo cómplice de travesuras sin que mamá supiera.
Ayer, la celebración del Día del Padre avivó la fraternidad en los hogares barquisimetanos. Los hijos se esmeraron en consentir al hombre que los vio crecer.
En el calor del hogar, así como en visitas a parques, centros comerciales, restaurantes, entre otros lugares, papá estuvo rodeado de amor, en compañía de los seres queridos.
José Manuel París, padre de un niño de cuatro años y de uno que apenas crece en el vientre materno, habla de su función con muchísimo orgullo.
Sabe de trasnochos y responsabilidades; de grandes satisfacciones y emociones. «El regalo más hermoso que Dios me ha dado; ser papá se aprende a diario», sostuvo.
Educar en los valores, pese a la conmocionada sociedad que existe, sostuvo el papá Robinson Moreno, es un desafío para quienes tienen la gracia divina de la paternidad. Al lado de sus niñas, de tres y siete años, compartió durante este domingo en las instalaciones del Parque del Este.
Por otro lado, Omar Azuaje supo desde hace siete años, que la vida tiene un mejor sentido cuando tiene bajo sus cuidados a los niños, de 7 y 5 años, a quienes les debe buena parte de las sonrisas y gratos momentos de su existencia.
«Vale la pena hacer todo por los hijos; somos afortunados de orientar sus vidas por el camino del bien, de tenderles la mano en los momentos de gran dificultad o en los más dichosos. La paternidad es un compromiso, es entregarse a los hijos por entero, sin reservas de ningún tipo», dijo el señor Azuaje.
Acción de gracias
En los principales templos de la Iglesia católica local, la eucaristía dominical sirvió para dar acción de gracias por los padres en su día. Además fueron ofrecidas oraciones por aquellos que partieron al cielo y quienes desempeñaron un papel ejemplar como papá.
En la basílica El Cristo, fue hecha una petición especial por los padres presentes en la santa misa. Dones y carismas fueron implorados al Espíritu Santo, para cada uno de los hombres que gozan de la dicha de tener hijos. Al final de la celebración eucarística, recibieron una imagen de la Virgen María.
Del mismo modo, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en el oeste de Barquisimeto, además de la eucaristía fue organizada una jornada de compartir familiar que permitió disfrutar de juegos, comidas típicas, bailes, entre otras distracciones entre los padres y sus hijos.
La homilía de este domingo, resaltó la fe y exhortó a los padres a ser santos como San José.
Fotos: Jairo Nieto
