El primer concierto de Jennifer López en el país fue inolvidable. Estuvo signado por una excelente producción, pero la pertinaz lluvia que cayó sobre el territorio capitalino el pasado sábado marcó una acentuada incertidumbre sobre si la diva del Bronx saldría a encontrarse con sus fervientes seguidores.
Pero la persistencia de sus miles de fanáticos, quienes albergaron en todo momento la esperanza de que el esfuerzo de soportar la inclemencia del aguacero valdría la pena, invitó a esta artista a mostrar su histrionismo sobre el escenario.
Sin embargo, sólo ofreció un espectáculo de una hora y ocho minutos de duración.
La tempestad rebasó cualquier pronóstico. Comenzó a las 6:30 de la tarde y se extendió hasta 11 de la noche. Hasta el camerino de la cantante, bailarina y actriz neoyorquina, con raíces puertorriqueñas, se inundó.
La fidelidad de sus seguidores fue impresionante. Mojados de pies a cabeza, esperaron con ansias a su diva que, en esta oportunidad, incluyó a Venezuela por primera vez en su gira.
Exuberante y bella
Luego de la larga espera, por fin JLo apareció en lo más alto del escenario, cuando el reloj marcaba las 10:35 de la noche.
Entró con un conjunto dorado, brillante, y unos zapatos de goma.
La exuberante dama salió acompañada de 10 bailarines y sus músicos, quienes prefirieron estar un poco escondidos para proteger los cables y sus instrumentos.
Inició su show con el tema Get right, con un bastón para bailar y un micrófono de balita.
Gritó “Venezuela”, emocionada ante su público.
Al finalizar esta canción, ofreció sus primeras palabras.
“¿Qué pasa Venezuela? ¿Cómo están? Gracias por esperar, con toda esta lluvia. Lo siento. Los quiero mucho”, dijo mientras le quitaban el micrófono y la chaqueta para quedarse en top. Los silbidos no se hicieron esperar ante el escultural abdomen de la cantante.
“Estaban hablando de cancelar, pero yo dije que no. Ahora están listos para seguir”, acotó la artista con entusiasmo.
Una escenografía con rejas se prestó para el medley que recorrió temas como I’m real, All I have, Feeling so dood, Ain’t it funny y Jenny from the block.
Su sangre latina corrió vigorosa por sus venas y la hacía contonear sus caderas sin compasión. Su perfecto cuerpo se movía por todo el escenario. En ese momento, la lluvia no importó.
Se cambió y apareció con un sensual vestido rojo y sandalias.
“Estoy feliz de estar aquí con ustedes ¿De qué quieren hablar esta noche? ¿De amor? Puedo hablar de amor día y noche”, expresó López antes de interpretar el tema If you had my love, junto a un guitarrista. Se sentó y mostró sus piernas.
“Si la conocen, cántenla”, dijo.
Luego se levantó para interpretar ¿Qué hiciste? Sus palabras se pa-seaban entre el inglés y el español.
“El amor no es fácil. Los quiero, los amo Venezuela. Después de todo siempre hay un amor especial, muy profundo”.
Wisin y Yandel siguiendo al líder
Jlo salió del escenario para darle paso a los invitados de la noche: los puertorriqueños Winsin y Yandel, quienes prendieron la fiesta al máximo con su tema Mayor que yo.
Había dejado de llover y por primera vez se utilizó una pasarela que se había dispuesto para el show, que se fusionaba con el público.
El dúo de reggaetón interpretó Mírala bien y utilizó toda la tarima.
“Se siente una gran energía… impresionante”, dijo Wisin. “Hoy mandan las mujeres aquí. Es un placer compartir con ustedes y sobre todo con JLo. Gracias por invitarnos. Ya teníamos como dos años sin venir a Venezuela”, agregó.
Siguieron con Rákata y, en minutos, apareció la diva para dejar a todos atónitos con un vestido corto que permitía apreciar todos sus atributos.
Interpretó junto a este dúo el tan esperado y exitoso tema Follow the leader. La euforia se adueñó del recinto.
Una energía impresionante desborda en la tarima esta dama del pop que el próximo 24 de julio cumplirá 43 años. Brincaba sin detenerse entre los cantantes, siempre al ritmo de la música. No paraba.
“¡Arriba!”, exclamaba para contagiar a sus fanáticos de su ímpetu.
“Antes de despedirnos, una bulla Venezuela, de aquí a Puerto Rico”, pidió uno de los chicos.
Se despidieron entre besos y abrazos. La pirotecnia, las ráfagas de fuego y el humo estuvo presentes en el show para imprimirle acción al montaje.
Acercándose al final del concierto, con otro vestuario, Jennifer López interpretó el tema del momento, On the floor, el cual la tiene en la cúspide, junto a Pitbull.
La adrenalina se disparó al máximo y el público se levantó por completo para bailar junto a la artista.
Se despidió, se fue, pero regresó para cerrar el show con el tema Dance again.
Dijo adiós entre papelillos. El reloj marcaba las 11:43 p.m.
Antes del show
La celebridad más influyente del mundo en el 2012, según la revista Forbes, quien ha vendido cerca de 100 millones de copias de sus nueve discos, y cuenta con 22 videos musicales, arribó a Venezuela en compañía de sus gemelos Emme Maribel y Maximilian David, de cuatro años de edad, quienes la acompañarán en toda su gira por varios países de Latinoamérica.
Con sus pequeños llegó López -desde tempranas horas de la tarde- al campo de fútbol de la USB. En mono, con ropa muy cómoda y ligera, la artista ensayó con sus bailarines sus coreografías, probó sonido, limpió cualquier detalle de la puesta en escena y dejó todo impecable como a ella le gusta.
Y mientras ensayaba, sus hijos deambulaban por el recinto con varias niñeras que los cuidan.
Como desde las dos de la tarde, la artista no se movió de la locación en espera de su show, pero la lluvia retrasó todo.