En lugar de mejoras, cada día que pasa se profundizan los problemas en la comunidad La Pastora, uno de los tantos conglomerados pertenecientes a la parroquia Unión, al noroeste de Barquisimeto, municipio Iribarren.
Como en otros sectores de la ciudad, la inseguridad en La Pastora es el principal trauma que enfrentan sus habitantes, las veinticuatro horas y durante todo el año.
Con miedo desde que se levantan hasta que se acuestan viven familias enteras en esta comunidad, donde no se realizan recorridos policiales, pese a que cercana se encuentra la comisaría 22, o Estación Policial de Barrio Unión, pero en la misma existe un deficiente número de funcionarios para atender tanta demanda.
Víctimas estudiantes
«De casualidad a los policías se les ve la cara en la calle únicamente los sábados y domingos,» indicó una dama que solicitó resguardo a su identidad justamente para que los delincuentes de la zona o venidos de otros lugares no tomen venganza con ella.
Son los estudiantes el principal blanco de los antisociales.
Luego que los jóvenes ponen un pie fuera del portón del Colegio Fe y Alegría son asaltados y robados por pistoleros.
La zona de los rieles es la preferida por los atracadores para acechar a sus víctimas, por tratarse de un lugar solitario, pero de obligatorio paso de decenas de adolescentes para trasladarse desde sus casas hasta dicha institución o viceversa.
Vecinos le han expuesto esta grave situación a los funcionarios destacados en la comisaría 22 para que se activen y eviten tantos delitos juntos, no obstante, la respuesta de que son pocos funcionarios para dar respuesta a la comunidad se repite una y otra vez.
Los homicidios, robos de vehículos, violaciones y arrebatones son la constante en La Pastora, y mantienen a esta comunidad en vilo.
Mientras continúa este torbellino, moradores de la populosa barriada aún guardan esperanzas de que el problema de la inseguridad será combatido cuando se sumen voluntades de la comunidad, del gobierno y organismos policiales.
Basura y olvido
Vecinos opinan que no por vivir en una zona privilegiada, como el centro o este de Barquisimeto, tienen que estar condenados al abandono.
Es el caso que las principales calles de La Pastora están llenas de huecos, pero también de monte, basura e inmundicia.
El plan «Asfalto Parejo» no llegó, y rumas de bolsas contentivas de desperdicios frente a casas, locales y planteles educativos hablan del deficiente servicio de aseo urbano.
El grito de desespero lo dieron en Fe y Alegría, donde el personal de limpieza se ve forzado y coloca los desechos sólidos en las afueras del liceo, porque el aseo urbano pasa cada ocho días, y a veces no lo hace.
Pese a que el consejo comunal se opone a que saquen la basura, por el mal olor y los gusanos, tampoco pueden dejarlos dentro ya que contaminaría el área de comedor y cantina.