Las intensas precipitaciones pluviales que cubren la geografía nacional, no han perjudicado a los productores del municipio Jiménez, quienes continúan desarrollando sus actividades agrícolas con normalidad.
La información fue confirmada por el presidente de Fundacebolla, Juan Carlos Gómez, quien señaló que la producción prometida al Estado se encuentra garantizada, siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan. «Las lluvias no han afectado nuestras actividades en Quíbor. Cayeron tres aguaceros pero no se reportaron pérdidas ni daños en las siembras de cebolla ni de pimentón».
Hasta el momento, en Jiménez se han sembrado mil 500 hectá-reas de cebolla. «La producción está garantizada para abastecer las necesidades del mercado nacional».
No faltan problemas
Los productores agrícolas enfrentan diariamente una lluvia de problemas. Principalmente, la inseguridad personal y la delincuencia los mantiene en constante angustia. «En Quíbor atracan todos los días. El problema de la inseguridad y los secuestros nos afecta siempre pues sentimos el temor de sufrir esa situación».
A la lista de dificultades se suma la inseguridad jurídica, la cual no ha logrado recuperarse en el país pese a los continuos llamados de diálogo efectuados por los productores. «Hasta ahora no han vuelto los rumores sobre expropiaciones. Buena parte de los productores abandonaron las actividades, pues nadie quiere arriesgarse a perder su patrimonio».
Es importante destacar que el ambiente de incertidumbre perjudicó considerablemente la inversión en el campo.
Además, el incremento de las importaciones así como la colocación de productos extranjeros en el mercado contrajo la producción nacional.
Cero Agropatria
Contó Juan Carlos Gómez que ante la ineficiencia de Agropatria, los productores decidieron adquirir insumos alternativos. «En Agropatria no nos venden los insumos que necesitamos. La abundancia de productos que prometen no existe, por eso, la mayoría decidimos trabajar con otros materiales alternativos».
En este sentido, los trabajadores del campo lamentan la expropiación de Agroisleña, la cual ofrecía los artículos necesarios para trabajar la tierra y créditos accesibles.
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