El nuevo técnico del Barcelona, Tito Vilanova, dijo que no teme a la sombra de Pep Guardiola, pero reconoció que hay pocas posibilidades de que sea tan exitoso como su mentor.
Vilanova firmó el viernes un contrato por dos años para suceder al timonel que ganó 14 de los 19 títulos que disputó en una etapa histórica de cuatro años.
«De todas las comparaciones las perderé todas, soy consciente, pero no he venido para competir con nadie», dijo Vilanova en su presentación oficial. «Tengo un trabajo, me siento importante en los 14 títulos que ganamos, ojalá lleguen más, y si no pues me iré. Voy a dedicarme a hacer bien mi trabajo como hasta ahora, y no me preocupan las comparaciones».
El nuevo timonel reconoció que será un gran reto mantener el estilo de juego y el rumbo ganador que implementó Guardiola. Pero recordó que él también fue partícipe de esos triunfos, y que los jugadores siguen hambrientos por conquistar más títulos.
«Repetir estos cuatro años es muy difícil. Mucho. Tienen que darse muchas circunstancias. Nosotros no daremos ningún partido ni ningún título por perdido e intentaremos ganarlos todos. Somos conscientes de la dificultad», expresó Vilanova.
«Si asumo este reto es porque conozco perfectamente este modo de entender el juego y, además, me siento una parte importante de los éxitos de estos cuatro años», agregó.
Vilanova compareció a su primera rueda de prensa como entrenador del Barsa minutos después de firmar su contrato junto con el presidente del club, Sandro Rosell.
Al igual que Guardiola, Vilanova tiene sus raíces en el club catalán. Ambos entraron a La Masía en 1984 y compartieron seis años en la famosa academia del club.
Guardiola se convirtió en una figura en la cancha, bajo la conducción de Johan Cruyff en la década de los 1990, pero Vilanova apenas disputó tres partidos no oficiales con el primer equipo antes de jugar con clubes como Celta de Vigo y Mallorca. Cuando una lesión en una rodilla puso fin a su carrera, Vilanova regresó a La Masía como entrenador y ayudó a formar una generación dorada de futbolistas que incluye a Lionel Messi, Cesc Fábregas y Gerard Piqué.
Luego de otro período alejado del club, Vilanova regresó como asistente de Guardiola cuando el ex mediocampista se hizo cargo del Barsa B en 2007. Juntos ayudaron al equipo a ascender a la segunda división, y luego pasaron al Barcelona tras la salida de Frank Rijkaard en 2008.
«En muchas decisiones y cosas estábamos al cincuenta por ciento, ahora no tendría sentido que yo cambiara cosas para hacerme notar. Con lo que hemos trabajado y vivido, nunca ha habido un mal gesto con Guardiola, no creo que haya matrimonio que supere esto con las horas que hemos compartido», expresó Vilanova.